
En ellos casi nunca mencionaba ni fuentes ni fechas, como haría un investigador o un escritor y sin embargo aquel cúmulo desordenado de recortes de prensa carentes de cualquier resquicio de orden o metodología servirían de fuente genuína de inspiración para el futuro de nuestro joven artista.

En esas recopilaciones tampoco faltan recetas de cocina o notas de deporte, cosmetología, cosmografía, química, agricultura, vida de los insectos o de los peces.
Lo bélico, los aparatos e ingenios guerreros ocupan un lugar importante en sus carpetas, quizá porque durante los años en que comenzó a armarlas el mundo estaba en guerra.
Necesitaba desesperadamente hallar respuestas a todas las preguntas, algunas irresolubles, que se agolpaban en la cabeza del joven autodidacta y las encontróen su mayoría entre los retazos de papel amarillento que coleccionaba. Otras se las proporcionaría el devenir de una vida intensa.


Viajó a Paris, conoció a Picasso y sus coetáneos frecuentando los cafés de Montparnasse, así fue cómo se empapó con las nuevas tendencias y sus revolucionarias formas de concebir la vida y el arte. Tras vivir en Europa durante doce largos años, retornaría a la Argentina y sería entonces cuando emergiera el Genio:

“Hombre versado en todas las disciplinas, curioso de todos los arcanos, padre de escrituras, de lenguajes, de utopías, de mitologías, huésped de infiernos y de cielos, autor panajedrecista y astrólogo perfecto” J.L.Borges.
Así le describiría su amigo el poeta Jorge Luis Borges mientras Xul se forjaba despacio a sí mismo entremezclando en su mente prodigiosa las experiencias vividas con viejos recortes de prensa para convertirse en un personaje singular, el verdadero alquimista de nuestro tiempo.

Los años en la casa de Palermo fueron realmente felices, allí vivió con Lita, su mujer y discípula y en ella se reuniría la avant-garde porteña durante la década de 1930. Borges, Victoria Ocampo o Adolfo Bioy Casares pasaban horas allí mientras Xul creaba palabras para sus lenguas inventadas o dilucidaba las reglas del panajedrez, un juego de su creación.
Muebles realizados por él, plantas misteriosas, objetos religiosos, instrumentos musicales readaptados y la biblioteca, con más de 3.500 volúmenes destacan sobre los pálidos y esotéricos rosados y celestes de los muros.


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