Esto es Villablino, una aldea asturiana remota y tranquila.
Nos guste o no, aquí nunca pasa nada. Si quiero salir de este agujero y volver
a Cáceres más me vale resolver este caso e impresionar a la Benemérita antes de
que lleguen los de la policía científica y me arrinconen.
Saco la libreta, releo mis notas. Nombre del menor: Rubén
Arias Postigo. Edad: 17 años. Domicilio: Calle del Horno, 16. Una casa
respetable. La familia, buena gente. Labriegos de toda la vida. Sus padres presumen: “Rubén estudia en Cangas
para admistrativo”. No reparan en que lleva las uñas divinas, esmaltadas en
mate transparente y libres de cutículas. “Mi zagal es muy fino, muy educado ¡y
muy listo! Un chiquillo encantador, un verdadero tesoro. Tendría que verle, qué
desparpajo, cada vez que llama por
teléfono al Programa de Ana Rosa.”
Rubén desapareció hace 36 horas, se halla en paradero
desconocido. El padre del muchacho, ni se inmuta: “Le esperabamos para cenar en
viernes a la tarde pero no se presentó. Lástima,
se perdió la fideua y eso que le encanta. De haberlo sabido mi señora, nos
habríamos apañado con algo de la huerta. Donde haya una buena fabada… A mí, con menudencias”. En cambio el párroco, se teme lo peor: “Señá
Cándida, váyame planchando la sotana de los entierros”.
La novia de Rubén es una buena chica. Deben de llevar
juntos, desde que actuaron en El Mago de Oz. Noelia era Dorothy. Él, el hombre de hojalata.
“Paseábamos por el camino amarillo, cogidos de la mano. Yo daba vueltas, mientras
él ponía posturitas. Somos la pareja de moda, como Fred Astaire y Ginger
Rogers. Nos entendemos muy bien, lloramos con las mismas películas. Además, es mi mejor amigo. Y me respeta, vaya si
me respeta. Solo me besa en público y con muchísima delicadeza”.
Cuando saco a relucir el noviazgo, a la madre del chaval se le escapa una risita
nerviosa: “La pareja de tortolitos ya anda pensando en boda. Bueno, es Noelia la que se encarga de todo. Como
tiene tanta ilusión… Ya han contratado el Salón Alhambra para la segunda semana
de junio. Y en cuanto estrenen su casita, pues ¡a llenarla de chiquillos!”
Entro en el dormitorio de Rubén. A primera vista, todo está
en su sitio. El poster de ACDC en la
pared, las bufandas roji-blancas del Sporting cuelgan de la repisa. Entonces
abro un cajón y es otro mundo. Con rotuladores de todos los colores y una
libreta de poemas. Encima de la mesilla descasa un ejemplar de Poeta en Nueva
York. A modo de marcapáginas, una tira de fotos reciente, aún huele a
Pipermint. Dos chicos en un Fotomatón
bromeando. En la primera foto, los dos salen serios sorprendidos por el fogonazo. En la segunda, es Rubén quien mira hacia la
cámara mientras su amigo le observa de reojo. Después, ambos de perfil, intercambian
miradas… Para terminar besándose, abajo del todo.
Enciendo el DVD, Queen lo empapa todo. “No tengo caso, adiós
a mi ascenso”. “Another one bite de dust” Fredy Mercury se ríe en mi cara:
“¿pero qué te pensabas?” A decir verdad, nunca me gustó esa canción. ¿Qué otro
muerda el polvo? ¡Venga ya! “¡Si siempre lo muerden los mismos! Maldita, la
gracia… Rubén se larga y yo me quedo.
Hola Mere... Me alegra que la desaparición de Rubén haya sido una desaparición voluntaria
ResponderEliminarLo siento por su novia, parecía muy ilusionada con la idea de la boda ;-)
El padre de Rubén... para darle de comer aparte ;-)
Y el párroco nos ha salido un poco pesimista ;-)
Y te aseguro que a mí me encantaría vivir en esa aldea asturiana... y es que Asturias es una delicia
Me ha encantado la entrada, la he disfrutado... y después de una mañana demasiado ajetreada viene muy bien... Gracias
Besos
Muy conciso y directo, Mere. así tiene que ser aún en los pueblos, algo sofocante mostrarse como uno es, poner los pies en polvorosa debe ser la única salida, cueste lo que cueste, corto, directo pero deja huella. Me ha encantado la correlación de símbolos :) Besos.
ResponderEliminarNo hay peor ciego que el que no quiere ver la realidad, a veces nos aferramos a nuestros deseos cuando el mundo y las personas giran de otra manera, distinta, lo que no les hace ni mejores ni peores.
ResponderEliminarBesos a una gran descritora.
Hola Mere!!!
ResponderEliminarEn realidad mejor largarse a tiempo que vivir encerrado eternamente en una mentira. Pero a veces los ciegos son los más cercanos y eso tiene que ser muy duro de llevar.
Besitos!!
Hola Mere,
ResponderEliminarSeguro que cuando presentes el escrito en clase te aplauden, yo no entiendo de técnicas de escritura y demás pero engancha al leerlo y supongo que en un relato corto será más díficil captar la atención.
Un beso!!
Si es que eso de que te conozco como si te hubiera parido es demasiado optimista. Queda demostrado que en muchas ocasiones los padres son los últimos en enterarse de lo que pasa por la cabeza del hijo.
ResponderEliminarSin embargo tu nos has ido dosificando muy bien todos los elementos de la historia hasta ese final que nos arranca una sonrisa.
Besos
¡Hola Mere!
ResponderEliminarSi yo hubiera estado en la situación de Rubén también me hubiera marchado a la mínima ocasion. Con unos padres así, no me ha extrañado nada. No se hubieran dado cuenta de la realidad ni dándoles golpes en la cabeza. En fin...
Me ha encantado como has presentado el relato. Debes ser la número uno en clase! Un besote.
Lo he preparado para el Taller de Escritura, tenía que describir a un personaje. Sí, hoy me ha tocado hacer de Descritora. Aún no lo he leído en clase, la mitad de los alumnos presentamos relato en nuestra próxima cita. Aguardaré hasta entonces, a ver qué les parece.
ResponderEliminarPero a día de hoy, estoy muy contenta. Porque a vosotros os ha gustado y lo habéis captado al detalle: Está Rubén, con su secreto. Y el guardia civil cacereño que se siente forastero y quiere volver a su tierra. He comprobado que se entiende, que el escrito es coherente y funciona. También, los Buenos Amigos que tengo, que no me abandonan ni a sol ni a sombra :D
Gracias a todos. Un abrazo.
Como dices en el comentario anterior hemos captado el mensaje, al igual que el policia, mejor que los familiares del protagonista. A ver que les parece a tus compañeros pero para mi esta muy bien. Besos
ResponderEliminarHizo bien Rubén. Fue valiente y tomó la decisión adecuada. Me ha gustado mucho tu relato. Salvo el final... ¿Que no te gusta Another one bites the dust? Eso no te lo perdono. Jajajaja
ResponderEliminarBesotes!!! Y a ver si estos días me pongo al día de tu blog. Que ando perdida por aquí. Sorry!