La subasta de ganado en Briport, una reunión vecinal para comenzar las obras del muelle, la celebración de la Feria de Frome. Sucesos como el robo de un caballo en el callejón de Sherborne Lane, el vuelco de un carro en la carretera de Weymouth, el súbito incendio del granero de Joseph Curtis que se propagaría irremediablemente hasta la panadería contigua...
Una tarde más le podía el aburrimiento. Acostumbrado al ritmo frenético de Londres, aquello era un cementerio... Y no le faltaba razón. Cómo sospechar que en la página 18 de aquel insípido diario le aguardaba un EVENTO SINGULAR. Lyme dejaría de ser un apacible balneario para convertirse ante sus ojos en Lugar Sagrado.
WESTERN FLYING POST Diciembre,1823
"El miércoles pasado Mary Anning, hija de un carpintero local y conocida buscadora de fósiles, encontró al pie de Black Ven Cluff los restos óseos de un nuevo espécimen, diferente a los ejemplares de ictosaurio y plesiosaurio que ella misma descubriera años antes en estas mismas playas.
Todavía no se ha desvelado toda su configuración ósea debido a su reciente extracción, pero existen indicios para pensar que nos hallamos ante una extraña criatura con una estructura semejante a una gran tortuga más su largo cuello le dota de un cuerpo a todas luces desproporcionado. Será bautizada en Oxford a mediados de año, tras un estudio minucioso, por los profesores Conybeare y Buckland..."
"El miércoles pasado Mary Anning, hija de un carpintero local y conocida buscadora de fósiles, encontró al pie de Black Ven Cluff los restos óseos de un nuevo espécimen, diferente a los ejemplares de ictosaurio y plesiosaurio que ella misma descubriera años antes en estas mismas playas.
Todavía no se ha desvelado toda su configuración ósea debido a su reciente extracción, pero existen indicios para pensar que nos hallamos ante una extraña criatura con una estructura semejante a una gran tortuga más su largo cuello le dota de un cuerpo a todas luces desproporcionado. Será bautizada en Oxford a mediados de año, tras un estudio minucioso, por los profesores Conybeare y Buckland..."
Se avecinaba una auténtica revolución en el campo de la Geología y James lo sabía. Habría un antes y un después, pronto se tambalearían los sólidos pilares del mundo occidental tal y como se conocía, despertando de la Biblia a las Edades de la Tierra.
Aquella arena infinita guarda muchas pisadas. Algunas humanas, como las de Mary Anning y Miss Elisabeth Philpot que recorrieran la playa a diario en busca de fósiles. Las de Jane Austen, que en septiembre de 1804 paseó por la orilla estremecida por la fuerza de las olas. Esas mismas olas que dejaban al descubierto tantos trazos del pasado en los días de tormenta. Huellas que se superponen como una pizarra pintada con tiza. Unas insignes, el resto anónimas. Como las que dejó aquel barco procedente de la India que naufragó a la altura de Portland... Claro que eso no es todo, la playa de Lyme es un tapiz inmenso. Y bajo las recientes puntadas, hay otras anteriores que se pierden en el tiempo. Las de un pasado remoto, de un paraje tan ajeno que nos parece OTRO MUNDO. Y es que bajo nuestros pies descalzos yacen semienterrados lirios de mar, amonites, ofiuras, Gryphaeas y otros seres milenarios, casi tan viejos como la misma tierra.
Solo nos quedan sus pisadas, conchas y huesos petrificados en la roca. Parece cosa de magia ¿no? Como si los convertiera en piedra una Bruja despechada... Más bien SU MOMENTO PASÓ, el mundo ya no es precisamente el que era.
Aquel hombre estaba en lo cierto, Lyme es un CEMENTERIO pero sin lápidas ni cruces ni flores. Descansan como dormidos todos esas bestias perdidas que protagonizaran nuestros cuentos más aterradores. Aún muchos dinosaurios aguardan bajo la arena, a la espera de quedar liberados de la maldición ¡lo que no ocurrirá jamás! Pues la Bruja del Tiempo no transige ni flaquea. De hecho, hace realmente bien su trabajo. Una vez emprendido el camino, no lo deshace.
Jeremy Bishop sintió unas irrefrenables ganas de caminar por la playa y buscar fósiles. Pero se encontraba abatido, sin fuerzas. Tras una vida de sinsabores, ya nada tenía sentido. Solo ansiaba dejarse llevar, morír como es debido. En un último coletazo se dirigió al comedor y pidió como almuerzo un plato de mushrooms (setas) consciente de que aquellos hongos eran tan antiguos como el mundo. Y ya con el primer bocado sintióse rejuvenecer hasta el punto de salir a la playa en busca ¿de qué? ¿o de quién?. Aquella tarde Bishop no descubriría más que unas conchas rotas, pero se reencontró. El viento del Oeste le araño la piel de tal forma, que el viejo James volvió a ser Jimmie.
¿Qué ocurrió? ¿Acaso a la Bruja del Tiempo terminó por ablandársele el corazón? Claro que no, esa maldita bruja es despiadada. Más bien SU MOMENTO LLEGÓ y Bishop renació. Bueno, no tanto él como su alma rota en pedazos.
A ver ¿y por qué no? Si oculto bajo la arena, no halláramos más que muerte... ¡qué mierda de mundo sería este! Solo hay 1 PASADO sellado con sangre y fuego, que por suerte se presta a LECTURAS INFINITAS. Busca en tu interior, remueve bajo la arena... Los deseos son posibles, los recuerdos relativos.