* Toujours à la resèrche: "AzuR"
Cruzábamos el bosque de las Landas salpicado de granjas y aldeas todas pequeñas, coquetas, muy francesas. De entre ellas un cartel: AZUR fue como si el manantial susurrara su nombre. Pero ni las casas ni las verjas... nada tenían de azul. Ni rastro de él, estaba como ausente. ¿deliveradamente olvidado? No era eso, se respiraba el color en el aire y yo me había propuesto encontrarlo.
Les lié a todos: que si tengo que echar una carta à la poste, que si compramos queso, sidra ¡qué se yo! Cualquier excusa era buena para seguir olfateando como un sabueso cuando al fin lo ví claro: había estado siempre ahí delante de nosotros tan intenso, tan palpable... ¡casi lo podía tocar!
Aquel pueblo latía en azul, más que en ninguna otra parte.
* Au bord de la rivière: "La SoiréE des PoireS"
Mamma-Jo regenta un diminuto bistro en la ribera. Por la mañana se encarga del huerto y por las tardes cocina para un reducido grupo de comensales ansios de compañía. Todos comen en torno a la misma mesa, una bien grande, acaso sin conocerse. Que si canard, que si mouton... es opcional. Pero el postre es simpre el mismo: "Poire confitée avec du fromage bleu": le desert obra en cada cual en la forma adecuada... y así unos extraños conversarán hasta la medianoche.
* Dans la terre humide: "Des FleurS qui PleurenT"
Marcel abandonó Grasse un tanto apresuradamente, huyó con lo puesto dejando olvidados sus queridos alambiques de cobre. No tenía opción, en el corazón de la vieja Gasconia había de ser uno más, renunciaría a la fabricación de perfumes para dedicarse a la jardinería. Así fue como decidió manchar de añil y violeta toda aquella aldea o moriría de melancolía: teñiría con polvos de sulfato de aluminio la tierra ácida y húmeda donde crecían las hortensias, hasta entonces rosas y blancas, bañando con sus pétalos Azur de tenues pinceladas.
* Aussi sur la peau: "Le TatouagE de la MeR"
Desde Arcachon llegó un marino cabizbajo sin barco ni redes, perdió su sombra por el camino quién sabe dónde. Pierre vagabundeaba por allí desde hacía meses sin un hogar y en Azur le acogieron bien. Comenzó por hacer arreglos, chapuzas, a ayudar en las granjas por el jornal y un plato de patatas hasta que recobró la confianza. No era un unutil, de hecho había algo que sabía hacer realmente bien. Pintaría de azul, no las puertas ni las ventanas sino la piel. Desde entonces tatuaría de azul brazos y cuellos con mensajes del corazón como hicieran antaño los marineros para que nadie más volviera a olvidar quien era, ni tampoco su nombre.
Elije un rincón cualquiera, verás personas que hacen de él un Algo maravilloso. La Gente forja el Lugar, no a la inversa y así de alguna extraña manera vagamos furtivos de este a oeste, de norte a sur y con suaves e incoherentes trazos, acaso tropezando, dibujamos despacio La Tierra.
Azur es cielo, mar, tus ojos... Tu corazón y tu sangre seguro son también bleu. Azur es una actitud, una postura ante la vida. Azur es optimismo, confianza,
ResponderEliminarGracias, Mr.A, por 28 deliciosas palabras rebosantes de añil que me saben inconfundiblemente a albaricoque, un beso
EliminarAzur es el más claro ejemplo de la maravilla de ver el mundo a través de tus palabras.
ResponderEliminarUna entrada bellísima, omnisciente y desde el interior.
Besos
Es grato compartir sensaciones, sobretodo si ves que a alguien le interesan. Gracias, Silvia. Besos
EliminarUix Mere, que maravilla de entrada!!!! Azur, me ha encantado, la primera fotografía me ha vuelto loca y la del gato ni te digo!!!!
ResponderEliminarUn beso.
Con el azul pálido intenté transmitir una pequeña dosis de alegría calma y tenue, apenas imperceptible y que se disfruta poco a poco. Gracias, Lidia. Besos
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