viernes, 17 de agosto de 2012

Sol de medianoche, homenaje a Stieg Larsson


Un verano en la península de Jutland... a los ojos del recién llegado, el lugar perfecto. Las ciudades tan limpias, llanuras hasta el infinito... un vistazo a tu alrededor: el Paraíso. Y sin embargo, hay algo más, durmiente... Existe un lado oscuro en aquellas latitudes, en medio del silencio eterno, atronador, que atraviesa la piel y produce escalofríos.

Aalborg, junio de 1347. Muere un vikingo a causa de viejas heridas. En torno a la pila funeraria, colocan una fila de piedras que semeja un barco. Acercan antorchas y prende la lumbre, el cuerpo se quema con la espada, el escudo y su casco... arden al rojo vivo cerca del rio Limfjord, en tierras del interior. Le entierran con el halcón y sus perros, se trata de un guerrero de alto linaje. Y me pregunto si se le rinden los más altos honores ¿por qué le incineran tan lejos del mar y no le dejan a la deriva al compás de las olas?   Solo encuentro una explicación: de sobra sus ancestros conocían la impiedad de las aguas frías...

Costa de Den Tilsandede Kirke, julio de 1795.. La iglesia románica de San Laurentii construída en 1350 llevaba soportando durante casi 1 mIllENIUm el azote del viento, el latigazo de la sal, el arrastre de la marea para terminar sepultada en su mayor parte bajo toneladas de arena. Solo quedaba al descubierto el campanario sin campana cuando un grupo de obreros que trataban de recuperarla de las dunas descubrieron un laberinto minoico grabado en la piedra con una cruz en el medio... fue entonces que dejaron de escavar convencidos de que aquel símbolo sagrado protegería la torre de cualquier ser hostil que latiera bajo la tierra, fuera cual fuera su naturaleza. 


Playa de Skagen, agosto de 1983. Allí chocan las olas del Báltico y el Mar del Norte de Este a Oeste, con tantísima fuerza que originan una corriente mortal capaz de llevar mar adentro personas y embarcaciones. El oleaje es hostil, solo con mojarte los pies en aguas de nadie notas que su furia descontrolada te partiría en 2 de un plumazo. Es tarde y la playa se queda desierta salvo un coche atrapado que intentó acceder hasta la orilla. Iluso, sus ruedas resbalan, a cada acelerón inútil se clavan más y más bajo la arena... no hay escapatoria, en unos minutos lo engullirá la marea ante los ojos atónitos del conductor que observa impotente cómo rugen las tinieblas.

Atardecer en Gilleleje, junio de 1994. Esta vez, en la Isla de Kobenhavn (Copenague). El sol se pone, entre naranjas en llamas y rojos flameantes, pero no termina por desaparecer... Se acerca la Hora Bruja y durará toda la noche. Había más gente, lo juro. Pero no sé cómo ocurrió, nos quedamos ensimismados contemplando el horizonte... segundos después todos se habían esfumado. Ahí ya no quedaba nadie salvo nosotros   y un pequeño faro cuadrado y altivo. Una vez más nos envuelve ese silencio odioso que presagia lo peor. Está a punto de pasar, algo terrible.


- ¿Dónde está el coche? ¿no lo veo?
- Un poco más allá, sigue el sendero- Mr. A me señala un camino, con el semblante muy serio - Anda y no pares ¡pase lo que pase! ¿entendido?
Apenas nos separan del  Opel unos 500 metros pero es demasiado tarde o está demasiado lejos. Se escucha el zumbido,  cada vez que lo recuerdo aún me retumban los oídos como si una sierra eléctrica me taladrara la cabeza. Me envuelve una nube informe que se acerca hasta echárseme encima... Son mosquitos enormes, cientos de ellos que me arrancan la yugular a mordiscos.
Me cubro el cuello con las manos y entonces me pican la cara tratando de arrancarme los ojos... no sé donde meterme. Grito, corro despavorida pero es inutil... noto el dolor a cada bocado, a esos vampiros enanos les gusta mi sangre a rabiar. Entonces sé que es inútil, haga lo que haga me devorarán viva y me quedo encogida, allí mismo, tapándome la cara a la espera de que me succionen gota a gota.
- Pero Mere, ¿qué haces? Venga, coño, no te pares ¿no me oyes? ¡corre de una vez o no sadremos de esta! - Es Mr. A, que me arrastra a tirones consciente de que me rindo apocada por la marabunta.
Por fin llegamos hasta el coche y yo, histérica perdida, no dejo de chillar hasta que estoy dentro. Tengo ganas de llorar pero ¿cómo? ¡por unos miserables mosquitos! Me siento tan ridícula... No quiero hablar, Mr. A lo sabe. Solo pienso en largarme de allí y cuánto antes.

Han pasado 18 años, aún odio ese cielo rojo en penumbra que precede a las estrellas y esté donde esté no descanso hasta que se hace la noche oscura y negra. Es el maldito Sol de Medianoche que confunde la noche y el día, la muerte y la vida, con sus ocres mortecinos hechiza el bosque y el mar enloqueciendo perdidamente a esas pobres criaturas que deambulan perdidas vagando entre sombras respirando el mal. 

* eN hOMENAJe aL eSCRITOr sUECo sTIEg lARSSOn
 hE iNFILTRADo eN eL tEXTo uNa pALABRa qUe lE iDENTIFICa aL aUTOr, eNCUENTRALa ¿? ¡pOr EL sUSPENSe eSCANDINAVo eNTRe hIELOs bOREALEs! 

14 comentarios:

  1. Empieza por M y termina por m y no la digo para que los demás puedan jugar jajaja. No es un autor que conozca demasiado aunque la entrada es absolutamente magnífica. Uno de los lugares, paraíso, como lo llamáis, que más me gusta en el mundo: Escandinavia... Y has hecho un buen repaso, a mí aún me queda mucho por descubrir... Todo se andará. Un beso.

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    1. Tienes razón, Yossi, aquello es otro mundo... Lo que más me gustó: la gente tan amable, las casas de colores y cómo no ¡el fresquito! Comprendo que te atraiga el Gran Norte ahora no olvides: Uuuuuh, "se acerca el Invierno" :) un beso
      * Acertaste!!! (guárdame el secreto)

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    2. Si es que me encanta el invierno, de esos países nórdicos mi ciudad favorita es Estocolmo, me pierdo allí, estoy planeando una visita al norte de Noruega, a Tromsø, a visitar a unos amigos de allí, estoy deseando. Ojalá salga el plan. Besos

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    3. Es que si encima conoces a alguien allí, vivirás algo auténtico. A la vuelta me cuentas ¿vale? Un beso

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  2. Yo también lo encontré :D

    Has ido allí? Debe ser alucinante! Eso sí, en invierno ni acercarse. No paré de tiritar mientras leía la trilogía. Y con los demás nórdicos también me pasó lo mismo, ya sea Lackberg o Larsson... Qué frío!!!

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    1. Sí que estuve allí, Violeta, pero hace ya mucho tiempo. Te entiendo con lo del frío, a mi me pasó lo mismo con Javier Reverte de expedición por el Ártico, tuve que esperar para leer su libro hasta la primavera. ¡Y bravo por el hallazgo, chica lista! :) Un beso

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  3. Jo, que mal voy a quedar.... pero a mi este autor no me emociona demasiado. Me ha gustado mucho más tu entrada que cualquiera de los libros de la trilogía.
    Ya sabía yo que tenías algo especial, lo que no pensé es que serías precisamente tú la que nos iba a dar, El paseo por la historia de las tierras frías.
    Un beso, genial como siempre

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    1. Las tierras frías marcan para siempre. Estaba allí, lo guardaba dentro y no tuve más que hilar unos cuantos cabos. Gracias por tan feliz comparación :) Un beso

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  4. Yo también lo he visto esa M y M. Un paseo memorable el que nos has dado hoy.
    PD Yo con un solo mosquito ya soy capaz de ponerme como loca. Besos!!!

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    1. Gracias por unirte al "Club de la insectofobia". A ver, que son todos muy monos, pero si puede ser... ¡mejor desde lejos! :) Y enhorabuena, Marilú, eres buena resolviendo misterios. Un beso

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  5. Mere, a mí me ha encantado tue entrada, con la trilogía, rel primero lo devoré, el segundo fuí a mi marcha, pero el tercero, la verdad ya tenía ganas de acabarlo!!!!!! Como es domingo y estoy muy perezosa, no juego a la palabra!!!!! El frío me gusta....
    Un beso.

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    1. Sienta bien un viaje virtual a los hielos ¿verdad Lidia? Escribirla a mí también me refrescó como un chapuzón en agua fría.
      Larsson nos mostró otra visión del Norte latente, hermosa y dura que nos impactó y sobre la palabra... te la diré por correo electrónico ¿quieres? y así no tendrás que buscarla :) Un beso

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  6. Mere, quédate por mi sitio como yo me quedo por el tuyo, que está genial!!!! Un beso, guapa!!!

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    1. Vale, así lo haremos. Gracias por pasarte y hasta pronto :) Un beso

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