En medio de la penumbra una mujer se desliza casi volando, toda envuelta en un chal azul, por las frías salas dedicadas a Rubens, Rembrandt, Rafael, Vermeer, Velázquez, Ticiano, Durero, Bruegel… las recorre con prisas, mantiene con certeza que entre ellos no está. Todo es silencio, por ahí no hay nadie salvo un vigilante que hace su ronda linterna en mano, con los cascos puestos… no raparará en ella, eso seguro. Frau Guertha Stein camina erguida, con su habitual aplomo, expectante… sabe exactamente lo que busca y lo encontrará tarde o temprano. Cada vez está más cerca, ya huele a lapislázuli y a carmín, ya intuye en las paredes el reflejo de esos dorados inconfundibles...
Por aquellas fechas Viena celebra por todo lo alto el 150 aniversario de su nacimiento y con tal motivo han vuelto a casa algunas de sus obras desde los más recónditos rincones. La baronesa Stein se patea el Museo Kunsthistorisches de cabo a rabo... nada. Observa por el ventanal las luces de Maria Theresien-Platz, quiere ser uno más, perderse en medio del gentío que atraviesa la plaza pero así, tal cual… no puede. Sería el hazmerreír, no llegaría a ninguna parte. Culpa de su anonimato, de sus limitaciones al que fuera pintor de moda, ese maldito Klimt… el muy insensato va y se muere allí mismo, frente a ella, dejándola perfilada ¡sólo a medias! Desde entonces jura por lo más sagrado que así pasen 100 años aquel charlatán mujeriego terminará por cumplir su promesa. Se le pagó por adelantado ¿entonces? Vivo o muerto ¡qué más da! Tendrá que terminar su trabajo. Guertha Stein contempla desde arriba el gran portalón de entrada… cuenta con atravesarla algún dia, en cuanto recupere su nombre y el color de sus mejillas. Justo entonces, en medio de la escalinata, descubre entre oros y cobrizos el cuadro de "El Beso" con la figura entornada de un hombre abrazando a una mujer ¡que bien podría ser él! en su esquivo autorretrato.
- Herr Klimt, vamos. Manos a la obra, que no tenemos mucho
tiempo.
- Ya pasamos por esto, frau Guertha. Otra vez no.
- No es momento para charlas. He esperado tanto…
- Desista, Madame, esta vez no se saldrá con la suya.
- Mein lieber Freund, no me replique o gritaré y gritaré hasta
que estallen las vidrieras y créame, no será un agradable espectáculo.
- Recuerde lo que pasó en el
Metropositan… será un rotundo fracaso.
- Simplemente no estaba inspirado, no dió con el color. De no ser por eso, ya resplandecería divina y sería otra vez Yo.
- Pongamos que lo hago de nuevo, resultaría inútil.
- Ahora estamos en Viena y aquí todo será distinto.
- No saldrá bien y lo sabe. No funcionan así las cosas.
- Mi querido Gustav, ¿es qué no lo comprendes?
- Además ya no soy el que era, no sabría por donde empezar...
- Me niego a quedarme así.
- Además ya no soy el que era, no sabría por donde empezar...
- Me niego a quedarme así.
- Además, aunque lo hiciera… Mañana no quedaría nada, se esfumaría.
- Al menos ¡inténtelo! Míreme bien, creo que me lo debe.
Dammen Stein se despoja del chal de cashemire que la cubre, bajo él no hay nada más que un amasijo informe, insípido, descolorido en blancos y negros… su
contorno e disipa en el aire igual que un fantasma. El no puede más que contemplar
su criatura horrorizado y frente a ella, se queda sin palabras.
La maldición comenzó aquella fatídica tarde del 6 de febrero de 1918 en la que el pintor y su túnica cayeran fulminados en su estudio víctima de una apoplejía ante los ojos estupefactos de todos esos retratos en los que trabajaba simultáneamente. Entre ellos asomaba el rostro de Guertha Stein, apenas trazado en breves azules. En los años 80 coincidirían ambos
lienzos en una exposición temporal celebrada en Nueva York. En aquellos días fugaces que compartieran baronesa y artista en el corazón de Manhathan Klimt la pintó incansablemente noche tras noche hasta el amanecer coloreando una y otra vez todos esos espacios en blanco… pero la atadura pervivió y las pinceladas incomparables del genio se borraban cada mañana.
Si bien ya pasó un siglo desde que Gustav Klimt inmortalizara a las más influyentes damas de la aristocracia vienesa, aún su pincel le tiene encadenado:
- Se pintar y dibujar, es cierto, pero ha de brotar la llama.
Necesito, frau Guertha, que brilles para
mí.
- Que mi imagen carezca de la agresividad y desesperación de
los dibujos de Shiele, del cinismo de Picasso, de la crudeza de
Toulouse-Lautrec.
Klimt le acaricia la cara, intenta adivinar una sombra de humanidad en lo queda de ella, adormecida y hierática. Hablan de amor, de oscuros deseos… para avivar esa chispa hace mucho extraviada.
- Que el erotismo de mi boca, la elegancia de mi cuello trascienda el tiempo y las fronteras superando la destreza de Ingress o Matisse… ¡Rompamos moldes juntos! Seré la mujer más deseable.
Pretende capturar un momento de éxtasis y así rodear esos ojos apagados con un halo de eternidad. Suda, vuelve a ser él, despierta el genio dormido rociando de frescura a la más bella flor de todos los tiempos.
- Deja que te mire, Guertha. Solo un segundo... Ya basta, ahora vete. Pasea por Heldenplatz camino de la Burgtor, déjate ver por el Messepalast, coge el tranvía, bebe champagne... ¡vive!
- Ptobaré la Coca- Cola y bailaré ese ritmo endiablado...
- Es tuya la noche pero vuelve con el alba, antes de que amanezca… me temo que desvanecerás con el día perdiéndote en el lienzo para siempre. Comienza la cuenta atrás, mi querida Cenicienta.
Y así de hermosa quedó nuestra Guerta, solo hasta que con la aurora se desvanezca el añil y el turquesa. Así fue gracias a Klimt, grande entre los más grandes y con el arte y a la ayuda inestimable de Irial que recreó para mí este cuadro imaginario que bien pudo pintar él pero que, tal como lo véis, en realidad no existe.
No creo en el levitar de fantasmas atormentados, sí en el eterno pesar ante la obra inacabada... descanse en paz, Herr Klimt. Dulces sueños, Guertha.
Primer!!!
ResponderEliminarY ahora te leo con calma :)))
Medalla de oro para mi fiel lectora :)
EliminarQué bonito Mere, el romanticismo del arte, el vínculo entre autor y obra... y las obras como retoños del pincel que deben todo a la mano de su creador y, por qué no, reclaman su atención.
ResponderEliminarSi a eso le unos que he paseado por tu fantástico escenario... me ha encantado.
Buen viernes y disculpa si te he dado guerra o metido prisa.
Besos
Me gusta cómo lo describes, justo es ese lazo eterno de co-dependencia hermoso y fatal lo que quería transimtir en estas líneas. 1 Escenario y 2 criaturas, a las que el destino les hizo cómplices. Y agradezco la expectación, me hizo mucha ilusión que estuvieras pendiente :) Feliz de leerte, un besote
EliminarMe ha encantado, he podido imaginarme a la señora Stein y a Klimt. Hoy me lo habeis puesto muy dificil no se si me gusta más la historia o el cuadro. Sois dos artistas enhorabuena a las dos. Besos.
ResponderEliminarGracias, Rocío, por subir la historia a facebook ¡y por vernos con tan buenos ojos! Que nos valores así, me ha hecho muchísima ilusión :) Un beso
EliminarHola Mere, he pensado muchas veces que quizás un día se comienza una obra que no se va a poder culminar por motivos ajenos a uno mismo.
ResponderEliminarY mira por donde tú lo has reflejado a la perfección en este escrito.
Pero mira, siempre había imaginado desilusionado y abatido al autor que no puede terminar su trabajo. ¡Pues no señor! La obra también cuenta y mucho, me lo acabas de mostrar.
Crucemos los dedos para que podamos concluir todas nuestras obras porque, de lo contrario, buena lata nos van a dar.jajajaj
Resumiendo, me ha encantado.
Besos!!
A mí también me preocupa dejar cosas a medias, sobre todo el apoyo a los demás cuando te necesitan. No querría faltarles nunca y tengo la sensación de que permaneceremos en este mundo dando la lata todos nosotros durante mucho, mucho tiempo... le pido a Dios que así sea. Gracias, Mela, por compartir conmigo tus inquietudes que mira por dónde, también son las mías :) Un beso
EliminarYa desde que me diste una pista del relato de esta semana estaba impaciente. Increíble la frase "Necesito que brilles para mí" impactante, decirle a la inspiración, al estímulo extrno que ponga de su parte, lo hacemos todos sin darnos cuenta.
ResponderEliminarY lo que me he reído con Mientras Leo jajajaj ¡¡Primer!!!
Un beso a Mere, me lo llevo a facebook :)
Cuando te lo conté, tenía la historia pensada pero aún no había escrito nada. Luego me asusté pensando que no sabría plasmar toda aquella trama y casi me echo para atrás... luego me acordé que te había avisado y decidí no desdecirme de mis palabras. Así que mira por donde, gracias a tí, seguí adelante :) Y sí, tíenes razón, buscamos de continuo dentro de nosotros mismos esa chispa que nos haga brillar, que por un instante nos haga grandes. Tú también fuiste primer en comentar varias veces ¡y qué alivio! hasta que no ves llegar a la gente no sabes si aquello les gustará... cada comentario es una brisa de aire fresco. Gracias por subirlo a facebook, significa que lo valoras :) y hasta igual me sale algún seguidor nuevo ;) Gracias, Yossi, por este chute de energía, un beso.
EliminarCon tu permiso también lo comparto en Facebook, un besote.
ResponderEliminarQué bien, Rocío... Un detalle por tu parte ¡y así lo leerá todo el mundo! Gracias, de corazón. Un beso
EliminarMe alegro enormemente que la musa no se haya ido de punte, y nos regale más una historia en este viernes de frío y lluvia. Además nos dejas como una invitación (para los que se quedan) para que visitemos en estos días festivos algún museo o galería. Creo que acepto la propuesta. Por cierto, me ha encantando el detalle de "probaré la coca-cola"...Un beso y muy buen fin de semana.
ResponderEliminarTienes razón, son días perfectos para ir a algún museo. Por cierto, si te gustan las flores hay una pequeña exposición en la rosaleda sobre el cultivo de orquídeas, nosotros nos pasaremos mañana seguramente. Lo de la Coca-Cola... algo bueno tenía que aportar la modernidad ¿verdad? Aunque te confieso que mi bebida favorita (sin alcohol) es el Ginger-Ale de Schweppes y casi nunca lo encuentro (por suerte la venden en Mercadona) Cuando la pillo, la tomo ¡pero sin güiski! Tiene un toque a gengibre y a mí me gusta a palo seco :) Un beso
EliminarMere , te leí de madrugada y ahora despejada la noche he vuelto a pasear por las frías salas donde anduvo o anda Guerta, el lugar escogido para las gotas de viernes, el tema y el artista, ya tenían medio camino de satisfactorio recorrido. Me ha gustado mucho la historia de hoy, los pigmentos, la magia de recrear una imagen y el mundo de la inspiración compartido entre artista y retratada, magnífico. Irial es una pequeña gran artista y tu brillas para mi y brillas para muchos otros. Feliz sábado :)
ResponderEliminarNo todo el mundo sabe involucrarse así en la historia con los 5 sentidos, Marilú, como lo haces tú :) De algún modo las dos hemos estado ahí, paseando por esas salas vacías en plena noche... no me cabe duda. Esa gran capacidad de soñar hará de tí una persona muy feliz y además completa :) Un beso
EliminarBueno, al menos frau Guerta pudo disfrutar de una última noche de libertad y fiesta.
ResponderEliminarAunque tampoco estaba tan mal pasearse entre las pinturas del museo de noche, contemplar las obras sin agobios...
Y que gran trabajo el de Irial con los dibujos.
¡Que dos artistas!
¿Ves como os merecíais el premio? jajaja
Que cosas más bonitas me dices siempre Mere
Un besazo!
Estoy contigo, Riku, yo me habría quedado visitando el museo toda la noche. Pero frau Guertha nos salió curiosona ;) Tienes razón, la entrada con el cuadro de Irial ha ganado muchísimo y aunque suene pretencioso, quiero pensar qué acertaste con los premios. Y no me cabe duda de que quien te lo concedió a ti tuvo el mejor criterio :) Gracias por tu amistad, Riku, un beso
EliminarQue graciosa Silvia, Primer!!!!! jajjajajajaj pues yo la última que le vamos a hacer!!!!!! A mí también me ha encantado la entrada, aunque me cuesta bastante expresarme con palabras. Sobre todo que hayas escogido a Klim, que me encanta.
ResponderEliminarUn beso.
Sabía que te gusta Klimt, recuerdo esas bandejas en dorados tan bonitas. No importa cuando aparezcas, siempre serás bienvenida :) Un beso
EliminarQue bonita la historia de esta semana,Mere!!.Me ha gustado el relato ,el romanticismo y la dulzura que desprende ,las descripciones y ,como no, también los cuadros(originales y retocados:)
ResponderEliminarBesos
Klimt tiene ese don, de enamorar a cada brochazo. Lástima que no pudiera acabar esos cuadros. Gracias, Manuela, un beso
ResponderEliminarMe gusta mucho Klimt, como siempre una buena historia. Bessos.
ResponderEliminarKlimt es único, pintaba con el alma y dominaba los colores como nadie. Fue valiente e innovador. Arriesgaba a cada trazo... y es lo que le hizo tan especial :)
EliminarPor cierto con tu permiso lo comparto en mi pag del blog del face.
ResponderEliminarMe das una gran alegría. Y seguro que Gustav y Guertha dan brincos en alguna parte :) Un beso
EliminarEstas historias del arte llenas de buenas pinceladas
ResponderEliminardel pensamiento siempre son una delicia, gracias por compartir.
feliz semana.
Me topé con un cuadro bello pero inconcluso y de nuestro encuentro brotó una invitación a colorearlo con palabras :) Gracias, Ricardo, un beso
ResponderEliminarQué bonita historia la de hoy!! Veo que las musas te acompañan allá donde vayas... Por cierto, me encanta Klimt!
ResponderEliminarBesines,
Los cuadros de Gustav Klimt despiertan pasiones y cómo no, también inspiraciones :) Muchas gracias, Carmen, un beso
EliminarCon mucho atraso pero aquí estoy, que me dejé guardadita tu historia para leerla con calma. Y hoy he encontrado el momento. Y me ha encantado!! Preciosa historia de amor, preciosa la forma en que has combinado amor, arte, inspiración... Ha sido todo un placer leer esta historia. ¡Gracias!
ResponderEliminarBesotes!!!
Ví una foto del taller y cómo quedaron esos cuadros huérfanos, inconclusos. Pensé que estaría bien terminarlos de algún modo :) Muchas gracias, Margari. Vengas cuando vengas te recibiré con los brazos abiertos. Un beso
EliminarHola Mere,
ResponderEliminarves, yo también te hago visitas. Me encanta como escribes, así como el Sr. Gustav Klimt. Ha sido un placer leerte. Un beso
Klimt inspira historias, pinturas, telas y sonrisas. Me encantó verte por aquí, Mar. Pronto iré a por más pasteles, un beso goloso :)
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