Estas Navidades recuperaré un poco del olor a chimenea, las brasas, la leña, con la magia titilante de las velas... El calor de esas fotos en blanco y negro. En busca del regusto a Navidad que perdí, qué se yo, en alguna parte. Acompáñame, daremos un salto en el tiempo... Comienza nuestro viaje.
Prende la chispa...
* Mi cuñada Isabel viene de visita a Madrid con un sombrero gris en la cabeza.
* Isabel le regala a Irial un sombrero rojo y negro.
* Tres mujeres pasean por la Gran Vía y solo dos llevan sombrero.
* La tercera mujer, o sea yo, de repente se siente bajita, desnuda ¡¡¡necesita un sombrero!!!
* Se suceden varios días bajitos y desnudos durante los cuales la tercera mujer enmustia, empequeñece por momentos.
* Y en pleno ensimismamiento, escucho esa frase hechicera que lo cambia todo. Una vocecilla sensual me susurra desde la tele "Date un capricho". Llega en el momento justo. Y una, que es algo débil de carácter, sucumbe, quedando presa de su poder hipnótico.
* Sin venir a cuento me hago con los libros Vintage que leí este verano y releo algunos fragmentos. Incubación...
* Me pongo la chaqueta, esa que se anudaba con un lazo y en su lugar coloco el broche de mi abuela. Primeros síntomas... Definitivamente, padezco nostalgitis aguda.
* Oh, imaginaros la escena. Yo, tal cual, frente a un espejo modernista y todos aquellos sombreros colgados del perchero enrejado... Un sueño. Me pruebo uno, me pruebo otro. Viajo de París al Véneto pasando por Niza. Saludo con el pañuelo de encaje, monto en sidecar, bajo del tranvía... Vamos, divina.
* Me calzo un coqueto Cloche en forma de campana de los años 20 en fieltro beige de lana traído de Brescia, marca Cavaletto. Con él, llega un olor a lavanda... Lombardía en primavera.
* Me disfrazo con un grácil Pillboll azul con pequeño tocado de flores fabricado en Alessandria, perfecto para tardes al sol en un balneario de Baden-Baden.
* Me deleito con un sombrero Hongo gris-perla de amazona confeccionado en Trieste por Mode Piamonte con ala abarquillada, cinta de grosgrain y velo corto verde-esmeralda. Ideal para montar al galope el mejor pura sangre.
* Pillo un casco Salacot de origen asiático, indicado para zonas húmedas y calurosas. Adecuado para una expedición al encuentro de Tarzán, el mono blanco, seguida de cerca por el odioso cazador y un buen número de sufridos porteadores.
* Justo entonces encuentro un coqueto sombrero de Cóctel verde-botella de Lock & Co - London de terciopelo. A su establecimiento de Saint James Street acudieron una vez Lord Nelson, el Duque de Wellington, Lord Byron, Beau Brummell, Oscar Wilde, Laurence Olivier, Frank Sinatra, Winston Churchill, Jackie Onassis, Salvador Dali, Sir Alec Guinness, Graham Greene... Y no había carreras en Ascot que no hicieram gala de sus últimas creaciones. Ladies & Gentlemen salieron altivos cubriendo sus insignes cabezas con un Top Hat, un sombrero Panamá original de Monte Cristi o una sencilla gorra de Tweed.. Y hoy por hoy, yo soy esa dama.
* Sostengo entre mis manos una joya, lo sé desde el principio. Me tiemblan las manos y pregunto con fingido desinterés: "A ver, señora, para que me haga una idea... Este mismo ¿cuánto cuesta?"
* "Pertenecían a la colección privada de la familia Domenech, farmaceúticos de Barcelona."- Aparento no caer en la cuenta mientras acaricio distraidamente el ala con la yema de los dedos.
* "Todos valen igual, son 18 euros." - Claro que una no nació actriz y se me escapa una sonrisa "Date un capricho" Una no nació actriz, pero SÍ con vocación de diva.
* Y compro dos. El cloche beige, para Irial. El verde cóctel, para mi.
* Tres mujeres pasean por la Gran Vía y solo dos llevan sombrero.
* La tercera mujer, o sea yo, de repente se siente bajita, desnuda ¡¡¡necesita un sombrero!!!
* Se suceden varios días bajitos y desnudos durante los cuales la tercera mujer enmustia, empequeñece por momentos.
...aquello se lía...
* Enciendo TV-Imagenio-digitos78-CanaldeCasa- Programa "Date un capricho". La periodista, antigua presentadora del Telediario nacional, Francine Gálvez pasea por diversas tiendas con caché en busca de piezas únicas, obras de arte, delicatessen... En esta ocasión entra en un anticuario. A su alrededor, duermen una cómoda victoriana, un abanico nacarado, un mantón de Manila, un bureau estilo imperio lleno de cajoncitos... Cada objeto con su historia, cada historia con su secreto. Sentí veneración por aquel lugar: Una cueva de Ali-babá salpicada de tesoros. * Sin venir a cuento me hago con los libros Vintage que leí este verano y releo algunos fragmentos. Incubación...
* Me pongo la chaqueta, esa que se anudaba con un lazo y en su lugar coloco el broche de mi abuela. Primeros síntomas... Definitivamente, padezco nostalgitis aguda.
...luego se complica...
* Paseo por el centro y frente a la chocolatería me fijo por primera vez en un pequeña tienda de antigüedades que siempre había estado ahí, sin percatarme. Entro para sentir el tiempo, rozar la caoba, jugar con las sortijas... "Date un capricho". Todos aquellos objetos de antaño me embriagan, me transportan. Tienen un influjo sobre mi. Me devuelven retazos de otras tantas vidas... Y de repente ¡¡¡Sombreros!!!* Oh, imaginaros la escena. Yo, tal cual, frente a un espejo modernista y todos aquellos sombreros colgados del perchero enrejado... Un sueño. Me pruebo uno, me pruebo otro. Viajo de París al Véneto pasando por Niza. Saludo con el pañuelo de encaje, monto en sidecar, bajo del tranvía... Vamos, divina.
...y el hechizo culmina.
* Estoy ahí un buen rato, me pruebo decenas de ellos. La anticuaria, divertida, me sigue el juego haciéndome muecas desde el escritorio.* Me calzo un coqueto Cloche en forma de campana de los años 20 en fieltro beige de lana traído de Brescia, marca Cavaletto. Con él, llega un olor a lavanda... Lombardía en primavera.
* Me disfrazo con un grácil Pillboll azul con pequeño tocado de flores fabricado en Alessandria, perfecto para tardes al sol en un balneario de Baden-Baden.
* Me deleito con un sombrero Hongo gris-perla de amazona confeccionado en Trieste por Mode Piamonte con ala abarquillada, cinta de grosgrain y velo corto verde-esmeralda. Ideal para montar al galope el mejor pura sangre.
* Pillo un casco Salacot de origen asiático, indicado para zonas húmedas y calurosas. Adecuado para una expedición al encuentro de Tarzán, el mono blanco, seguida de cerca por el odioso cazador y un buen número de sufridos porteadores.
* Justo entonces encuentro un coqueto sombrero de Cóctel verde-botella de Lock & Co - London de terciopelo. A su establecimiento de Saint James Street acudieron una vez Lord Nelson, el Duque de Wellington, Lord Byron, Beau Brummell, Oscar Wilde, Laurence Olivier, Frank Sinatra, Winston Churchill, Jackie Onassis, Salvador Dali, Sir Alec Guinness, Graham Greene... Y no había carreras en Ascot que no hicieram gala de sus últimas creaciones. Ladies & Gentlemen salieron altivos cubriendo sus insignes cabezas con un Top Hat, un sombrero Panamá original de Monte Cristi o una sencilla gorra de Tweed.. Y hoy por hoy, yo soy esa dama.
* Sostengo entre mis manos una joya, lo sé desde el principio. Me tiemblan las manos y pregunto con fingido desinterés: "A ver, señora, para que me haga una idea... Este mismo ¿cuánto cuesta?"
* "Pertenecían a la colección privada de la familia Domenech, farmaceúticos de Barcelona."- Aparento no caer en la cuenta mientras acaricio distraidamente el ala con la yema de los dedos.
* "Todos valen igual, son 18 euros." - Claro que una no nació actriz y se me escapa una sonrisa "Date un capricho" Una no nació actriz, pero SÍ con vocación de diva.
* Y compro dos. El cloche beige, para Irial. El verde cóctel, para mi.
A partir de ahí ¿?
Se hace el sortilegio: Somos la viva imagen de Louise Brooks e Isadora Duncan... Estalla el glamour, nos poseen sus fantasmas. Y el tiempo se desdobla como el fuelle de una acordeón, atemporal, exultante, confluyendo pasado y presente justo bajo mi techo.
En esta Navidad tengo un talismán y con él recuperaré un poco del olor a chimenea, las brasas, la leña, con la magia titilante de las velas... El calor de esas fotos en blanco y negro. En busca de ese regusto a Navidad que perdí, qué se yo, en alguna parte. Que la vida hay que adornarla no es cosa mía, lo dicen los de Ikea bien clarito. Y no me negarás que en temas de bienestar, los suecos son los mejores. Hazte con un collar de cuentas, una pluma estilográfica, un camafeo, un catalejo... Agárralo fuerte, absorbe su poder. Tómalo entre tus manos con fuerza suficiente como para hacerlo tuyo... Si una vez te descolgaste te devolverá al eterno carrusel, continuarás girando y girando.
♫ Por una Navidad Vintage ♫
♥ ♥ ♥Con mis mejores deseos ♥ ♥ ♥
* Brindo por mi padre.
Con sidra, por supuesto.
* Brindo por mi padre.
Con sidra, por supuesto.