Obra de Luis Fernando Fernández, un gran fotógrafo y buen amigo. |
Cien cielos de cían
Anda, ven, apaga el Telediario. Subiremos a la azotea hasta el ocaso y no
se hará de noche hasta que volvamos. Y olvídate del hombre del tiempo, por más
que insista no amenaza tormenta. ¡Qué sabrá él! No es adivino. Eso sí, me gusta
su corbata. Y sus dientes, podría anunciar dentífricos. Aunque haga todos esos
cálculos milimétricos y salude al satélite Meteosat cada mañana. Es inútil, da
palos de ciego.
Casi que le tengo lástima, fíjate que no es culpa suya.
Sencillamente, esto le queda grande y existen parámetros que el pobre desconoce.
Si supiera que hay alguien en el edificio de al lado que improvisa con los
colores del cielo y el mar a su antojo… Se dedicaría a vender bicicletas con su
cuñado y dejaría los mapas para los exploradores.
Y es que manejo las nubes a mi capricho. No me considero
especial, solo un pelín extrovertida. ¿Acaso el artista no expresa lo que
siente en su obra? Pues yo hago lo mismo, me limito a pintar sensaciones sobre
un lienzo infinito. Con esta rara habilidad, no busco causar sorpresa,
impresionar al mundo o dominar Sin City y ser la mala del cómic. No es algo
deliberado, simplemente ocurre. Es mi estado de ánimo quien canta por soleares
y no puedo ni quiero evitarlo, me resulta reconfortante. Desde niña no soporto
ver sonreír a los demás mientras yo muero por dentro. De modo que cuando lloro,
me consuelan las calles desiertas y mis vecinos enclaustrados en sus casas
jugando al trivial al resguardo de la lluvia. No es para tanto, hombre, solo una
travesurilla. En el fondo les hago un favor, así ahorran en transporte público.
¿Por qué me miras así? No seas tremendista. Por lo general,
soy un auténtico chollo. Si todo va bien, el día resplandece conmigo. Claro que
si estoy de malas, puedo arrastrar tempestades. Pero no temas, tiene fácil
solución. Y todo gracias a ti, apareciste y me robaste el corazón. Te elegí, mi
amor. Y ahora tendrás que hacerme feliz, querido. Derrocha tu encanto, esmérate
por conseguirlo y en nuestra boda haré estallar un volcán para ti y tendremos
fuegos artificiales. De lo contrario, me convertiré literalmente en una
aguafiestas y serás el máximo responsable del cambio climático después de los
chinos.
Ahora bésame, tonto, al abrigo del arcoíris. Y bañémonos en cian,
como en el musical de Mama Mía.
Hola, Mere... Me encanta el título de este relato, ideal para una novela
ResponderEliminarCreo que el hombre del tiempo va a tener que dedicarse a vender bicicletas con su cuñado ;-)
Es cierto que relacionamos tristeza y melancolía con días grises y lluviosos
Sin embargo, a mí me atrae muchísimo la lluvia
Por cierto, está lloviendo por aquí... ¿Estás de fatal humor? ;-)
Te cuento que yo, a veces, cuando estoy de fatal talante me visto de negro ;-)
Me encanta lo que has dicho sobre pintar sensaciones en un lienzo infinito
Es mucha responsabilidad ser el culpable del cambio climático después de los chinos ;-)
Pero un beso al abrigo de un arcoíris tiene que ser un beso de los inolvidables ;-)
Me ha encantado, Mere... mucho, mucho
Y el musical Mamma Mia me dejó boquiabierta cuando lo vi
Besos
Hola, Mela. El título es como un trabalenguas, pero de los bonitos :)
EliminarSí, mientras la metereología entra en crisis la moda de las bicicletas está en su mejor momento.
Así es, el cielo amanece de un talante u otro y a veces nos identificamos con él hasta el punto de inspirar y sentirnos plenos. Y me pasa como a tí, los días que amanecen grises me llenan muchísimo. Cuando estoy triste, me visto más bien de acuerdo con lo que quiero transmitir. La ropa es mi coraza, mi arma secreta. Si tengo un disgusto, a veces voy de negro. Pero las más, me envuelvo en colores rotundos en busca de coraje para que me vean más fuerte.
Pintar un cielo sobre nuestras cabezas hasta el horizonte sería una obra de arte meravigliosa :)
Pobre de él si no cumple o se las verá con GreenPeace :S Aquí, entre nosotras... ¡la que le ha caido!
El musical de Mamma Mía es una inyección de vitalidad y no imagino mejor terapia para un día de tormenta :D
Querida Mere,
ResponderEliminareste relato es perfecto para estos días de lluvia. Viene como anillo al dedo :).
No se que tienen los días lluviosos pero me encantan. Siempre y cuando esté en casa y no sea una lluvia torrencial. Y cuando sale el Sol, los paisajes quedan aún más bonitos.
Me encanta el título. Y sería increíble poder ser capaz de improvisar con los colores del cielo y el mar a mi antojo. Literalmente.
Como a Mela, también me ha encantado la frase "pintar sensaciones sobre un lienzo infinito". Todo el relato me ha gustado mucho.
Un besito y nos vemos en el siguiente que será el anterior ;)
Hola, Leo. Sí, aquí también llueve a mares y para mí, que soy un bichillo algo silvestre, limita mucho mis paseos. Aún así, estoy contigo, la lluvia es hermosa. Tiene una sensibilidad especial que conecta con cada fibra de nuestro cuerpo, nos despierta y estamos más vivos. Y eso sí, lo que sí que valoro y disfruto sobremanera es el momento después de la lluvia, cuando huele a tierra, a hierba y a flores. Y los colores del paisaje son más nítidos. Entonces soy feliz como una lombriz (y no perdiz) por afinidad con los caracoles ;)
EliminarSí, pintar un inmenso cielo de colores sería una experiencia grata para el alma, me encantaría... Entretanto, siempre nos quedará photoshop :P
Hasta pronto, Leo, entonces visitaremos juntas a las hermanas Bennett, solo espero que no desenvainen la katana y nos reciban con una aromática taza de té :)
Si ese tio no cumple me puede amargar las vacaciones, ¿a donde tengo que mandar las fechas para que se porte y me regale un tiempo aprovechable?
ResponderEliminarNo pido demasiado, entre 19 y 23, sin agua, sin viento, quizá una ligerísima brisa que atenúe los calores.
Si quiere puede llover para refrescar el ambiente entre las cinco y las ocho de la madrugada
No prrrrroblema, el tio en cuestión estará a la altura de las circunstancias durante todas tus vacaciones. Pero puede que luego necesite un descanso. De madrugada intentará dormir para dar el callo al día siguiente.
EliminarFelices vacaciones, Guille. ¡Qué bien se lo montan algunos!
La fotografía con la que encabezas el post es preciosa ¿es de aquí? porque, aunque con polución, ya se sabe que de Madrid al cielo!
ResponderEliminarLa protagonista es muy habilidosa con el tiempo, pero hay amenaza de borrasca. Para los próximos días se adivina una tempestad en el frente si las altas presiones no dan muestras de sentido común. Preparémonos porque la sensibilidad estará a flor de piel si no se cumplen sus expectativas...
No sé si coger la sombrilla o el paraguas, el tiempo es muy caprichoso en primavera.
Besos
La fotografía es de Madrid, con sus cielos maravillosos. En concreto, el color de esas nubes y el claroscuro que generan es absolutamente maravilloso. Es obra de un buen amigo mío, relatista y poeta, capaz de captar con su visor esta belleza.
EliminarLa protagonista tiene un don tremendamente poderoso, juega con los cielos e indirectamente, dispone de nuestras vidas. Esta mujer es un peligro, sobre todo porque cambia de humor como de camisa y esta primavera me da que está más sensible que de costumbre ;)
Besitos
Oh... me ha gustado mucho. Es muy dulce, una idea loca y redonda que se abre a posibilidades por todos lados.
ResponderEliminarMe gusta mucho el juego con la cualidad de aguafiestas.
Besos
Isma
Sí, es un pequeño delirio bastante resultón :) Me alegra que te haya gustado.
EliminarSí, esta mujer puede llegar a ser una verdadera aguafiestas y debe de rondarme cerca porque en las comuniones y bodas de mi familia llueve por sistema desde hace ya muchas generaciones ;)
Gracias, Isma. Un besote.
Lo leíste en el último taller y tengo que decir que, oído de tu propia voz, resulta aún mejor...
EliminarGracias, Isma. Me pareció perfecto para fin de curso, cortito y desenfadado :)
EliminarSiempre es una alegría pasar por aquí y leer un relato que no sabes adonde te va a llevar, pero el de hoy me ha encantado especialmente. Has sabido crear a partir de la predicción del tiempo una historia fantástica.
ResponderEliminarY estoy de acuerdo con Mela este seria un buen comienzo para una novela.
Un besote
Me hace mucha ilusión oír eso, Rocío, porque este era un relato más personal, con menos artificio. Y mira por dónde, te ha gustado mas. Me da alas y sin Red Bull. Confianza en mi misma :D
EliminarGracias, Rocío, comentarios como este, me ayudan a encontrar mi propia voz. Y no lo descarto como prólogo de una novela o como epílogo. El fin del principio, el principio del fin... La vida da muchas vueltas :) Un besazo.