Asistí a la subasta organizada por la Casa Sotheby´s en el 1334 de York Avenue con un solo propósito: Me fuera adjudicado el Lote nº 12 bautizado con las siglas NO8183 correspondiente a un bureau del siglo XVI repujado en Flandes que tras un sin fin de avatares acompañara al negrego John Hawkins a bordo de su camarote durante una de sus travesías. En su refugio de la Isla Tortuga apuntaba los pequeños detalles de sus cacerías desde Cabo Blanco hasta el de Buena Esperanza y el diario racionamiento de víveres entre los hombres encadenados, víctimas del escorbuto... debí de comprender justo entonces que aquel vejestorio estaba maldito.
Lo ví por 1ª vez durante un cóctel en una mansión al oeste de Palm Beach propiedad del roquero, Harry no se qué apodado "el Tiburón", sus letras eran oscuras y asesinas. A su lado parecían unos corderos, los chicos de Guns & Roses. Solo verla me fascinó, su mero roce me electrizaba pues inmediatamente supe que aquella antigualla era algo más que una pieza pulida en madera noble, que si me hacía con ella me cambiaría la vida para siempre.
Fui perspicaz, adiviné esa oscura energía que latía entre sus vetas grises, dotadas de un poder descomunal y salvaje. Sentado frente al secreter por fin me vería capaz de superar mi profunda crisis existencial, recobrando la inspiración y tal vez, solo tal vez... volvería a escribir por vocación.
2 semanas después entraba envuelta en mantas, sobre una carretilla en el ascensor de mi apartamento tan preciosa mercancía. Tuve que pujar fuerte hasta conseguir que fuera mía por un precio de remate exorbitado... En cualquier caso, me salí con la mía y ahora tenía mi ansiada joya en medio del salón, la colocaría frente a la ventana para iluminar mi novela con la luz del mediodía.
Tal como esperaba, solo desprender el embalaje, comenzaron a brotarme las ideas... osadas, geniales, desordenadas, fluyendo en cascada con absoluta virulencia...
Un hombre y una mujer caminan por los pasillos del metro a la altura de la calle 43, retumban los pasos de trevor mientras los tacones de Jessi resuenan como martillazos cada vez que los clava en el suelo. Se asoma el tren por el tunel de la estación y los dos corren hasta atraparlo por los pelos. ambos aterrizan en el mismo vagón divertidos, Chocan sus manos, lo celebran con júbilo. no es para menos, el próximo comboy no pasará hasta dentro de 15 minutos. Tambaleándose en medio del traqueteo se acomodan en sendos asientos, Él se lía un pitillo despacio, con la destreza de un cowboy a medianoche. Ella le observa, expectante. mascando chicle. Se pregunta si se atreverá a encenderlo… Se muerde el labio inferior, a sus tiernos quince años le atrae lo prohibido. ...Por fin despierto con el contacto del papel que un día fue madera virgen, vuelvo al mundo con el poder que años ha me fue otorgado por la madre tierra, señora de verdes y azules infinitos. El hacha no pudo conmigo y despojado de mis raíces la rabia me consume. Hechicé flautas con melodías sagradas, forjé la vara retorcida de aquel mago cruel, cobijé almas perdidas en sus sepulcros, con el ocaso profané sus tumbas… maldije a los hombres necios que destruyen cuanto aman sin sentir pena alguna.
El escritorio, furioso, tambaleó la mesa hasta que forzado a garabatear abandoné momentáneamente la escritura. Llegada la hora, la criatura oscura que rondaba las tablas de mi escritorio no claudicaría sin pronunciar su alegato por una estúpida novelucha de amor esbozada en dos brochazos. Fue entonces que cobró vida un abre-cartas que rasgaría el propio leño en astillas incidiendo como haría un punzón con saña.
Maldito hijo de Perra, serás hortera... me aburres con tanta risita facil y lo que es peor... me haces perder el tiempo. Tengo una sagrada misión que cumplir y tú, débil criatura de exiguas mandívulas y escaso pelaje, precisamente tú, me supones un estorbo. ...jessi se soltó el pelo a lo hilda, se deshizo de los zapatos y bailó para él con las medias rotas restregando su cuerpo contra la barra. llevaba el rimmel corrido y un mechón rosa le cruzaba la cara. compartían vagón con un paquistaní que hacía cuentas a lápiz en una pequeña libreta junto a una limpiadora, aún con la bata puesta, que mirándose al espejo se depilaba las cejas... esto es nueva york, la gran manzana, la fastuosa colmena. aquí cada uno es libre de hacer lo que quiera, no reparan en tí, no te observan. ninguno te conoce a fin de cuentas y a nadie le importas un carajo...
¡detente, descerebrado! juro que si escribes una palabra más serás condenado a vagar entre sangre y pólvora, en medio de la peste por siglos y siglos.
"milenarias quimeras oscuras, mirabilias que el fraile amanuense perpetuó en oro sobre piel curtida, lleváis dormidas demasiado tiempo en el margen del manuscrito, sobre el relieve de un pórtico, en el capitel de la columna, en las vidrieras laterales, en las cornisas de los tejados como gárgolas en piedra… ¡despertad! dragón escarlata que rodeas el sol, dragón de plata que duermes tras las montañas de la luna...emerged de las tinieblas ¡y alzaos! Llegó vuestra hora".
Llegados a este punto, aunque era un pobre diablo, no estaba dispuesto a claudicar... Seamos honestos, carecía de talento y ese escritorio mágico era mi única oportunidad. No creía en mitos ni leyendas, ni me asustaba un pedazo de tronco deslucido, de modo que seguí con la historia en clave, anotando series de números en lenguaje codificado: 294328476 8764 098i 34232 778 2 984 998225 77 412112843 44 98900 hasta qué pobre mentecato, serás mal nacido… no escribas ni una cifra más o bañaré tu alma en cenizas y desolación hasta el fin de los días.
Vale, pues entonces nada de números. No importa, idearía otro plan para esquivar el problema. Escribiría en colores, podía hacerlo, acudiendo a una extensa gama en tonos cálidos sutil y atrevida: ** **** **** *** ***** ***** ** *** ** *** *** *** **** * *** *** *** *** ***** ** ***** *** **** *** * **** ** *** ** ****** **** *** ***** ** * **** *** **** *** ** ** * *** *** *** ** **** *** * **** **** *** *** *... Basta ya, mendrugo. el chico fuma, la chica baila... un poco manido ¿no? diminuto mamífero de largo cuello y cortas patas... me pregunto cómo tan ridículo espegímen pudo sobrevivir a las glaciaciones... sea como fuere ¡apártate de mi camino! y permite que de una vez triunfen las tinieblas. "Renace, oh, fénix, señor de los grandes ciclos del tiempo. pájaro del sol con alas de fuego. Ave de asiria, arabia y del bendito Ganges. Mueve tus plumas iridiscentes y dirígete hacia el mar, vuela 9 días y 9 noches sin descanso, baña la tierra de especias, de incienso, de música... y arde, arde ¡hasta estallar en llamas!"
Por unos instantes la sala se fundió en humo y explosión viéndome obligado sin vacilar a huír de semejante infierno. Muy a mi pesar abandoné aquel horror, dejando a su suerte papel y madera deshacerse en cenizas. Un manojo de violetas calcinadas perfumarían ese ataúd de fantasmagóricos seres más vivos que muertos que asomaban sus fauces en medio del fuego...
Y así es como por fin dí con una historia digna de mención, desprovista de insulsos romances entre taxis amarillos y rascacielos... Una aventura enlazada con el saber, la magia y lo eterno que me llevó a ser quien soy a día de hoy, buscando espirales de luz en un soplo de viento.
Buenas tardes, Mere. Hoy nos traes una historia sobre inspiración o, quizá, vocación; y, no puedo dejar de relacionarla con un verso del francés René Char, de difícil interpretación, que parece apuntar en esa misma dirección: "No es medianoche quien quiere". Que tengas un muy buen fin de semana. Besos.
ResponderEliminarYo lo veo así: ¿La inspiración? No la busques, ella te encontrará si miras y escuchas lo suficiente.
ResponderEliminarGracias, Marisa, leí el poema de Char y es precioso :) Un beso
Wow, mucha fuerza en este relato, también mucho color y un eswcritorio mágico que nos vendría bien a más de uno en época de sequía jajja. Ese poema que cita Offuscatio nos tuvo pensando un buen rato jajaj pero estoy contigo, para la inspiración nada como una mezcla de observación y pasión, te inspira lo que te apasiona, lo que te deja indiferente anestesia a la inspiración. Un beso Mere, buen fin de semana.
ResponderEliminarEl escritorio va sobrado de magia, pero de dificil control. Libre e impulsivo, cual criatura indómita... Cómo puede ser ¡qué empatice con una mesa! Madre mía, estoy fatal ;) Gracias, Yossi, me animas a continuar. Y tienes razón, ese momento de lucidez llega cuando algo te empapa de veras. Un beso
EliminarMagnifico relato, Mere, donde enlazas con gran maestría al escritor, a su inspiración, y al genio del escritorio.
ResponderEliminarMe lo he releído porque me ha encantado. También me gustan bastante las imágenes que acompañan al texto.
Alguien dijo que la inspiración te pille trabajando, y me parece que le sobraba razón.
Un abrazo muy, muy fuerte.
Qué ilusión, Mela, le pillaste el hilo a la perfección. No siempre es fácil conectar con el lector... luego te leo y se desvanecen las sombras :) Un beso
EliminarSabés que tengo ese cuadro de Van Gogh en mi cuarto?
ResponderEliminarPareciera que la inspiración aparece cuando uno menos la espera, pero seguramente es mejor si te pilla ordenador en mano, no?
Genial tu relato.
Un beso grande, y que tengas un maravilloso fin de semana
La noche de Van Gogh es deliciosa y esas pinceladas valientes, rotundas... dan muestra de un pintor apasionado. Seguro que tu cuarto tiene algo de mágico :) Gracias, Eva, un beso
EliminarCreo que fue Cela quien dijo que la creación literaria es un 5% de inspiración y un 95% de sudoración.En este caso el protagonista lo cumple jajaja.Estupendo cuento,como siempre.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Sí, este chico las pasa canutas... pero despierta a un mundo de vivencias y ahí encuentra su recompensa. Sabia reflexión de Don Camilo. Gracias, Manuela, un beso.
EliminarEse escritorio impulsivo y lleno de energía...y de inspiraciones llenas de travesuras originadas en ese genio inquieto.
ResponderEliminarPrecioso Relato.
Un abrazo.
Un árbol lleno de vida condenado a un tablero... no es de extrañar que el pobre sueñe con todo tipo de impulsos e insurrecciones :) Gracias, Pedro Luis. Un beso
EliminarHola Mere, me ha encantado tu historia de hoy. Es magnífica en forma y construcción, en quiebros en ritmo... Vaya, que me ha encantado.
ResponderEliminarEnhorabuena
Besos
Viniendo de una gran lectora que ha tratado de cerca con las mejores prosas, tus palabras llegan al alma. Vaya, qué veo estrellitas ¡y todo! Gracias, Silvia, tú eres la mayor culpable de que siga escribiendo :) Un beso
EliminarPor cierto Mere, has puesto uno de mis cuadros favoritos: Noche estrellada :)
EliminarBesos
A mí también me encanta, el color y esos brochazos enérgicos... Qué bien que coincidimos :) Un beso
EliminarPobrecito!!! No sé cómo lo haces pero siento siempre pena de alguno de tus personajes. Y este pobre escritor... Se acordará siempre de ese escritorio! Pero vaya historia que tiene ahí para contar! Así que más vale que le haga caso al escritorio, deje esa historia de la parejita, y haga un buen libro de esta historia. ¡Gracias Mere por estos grandes relatos!
ResponderEliminarBesotes!!!
El pobre escritor pensaba que aquello sería coser y cantar... cómo iba a imaginar que el escritorio tedría su propia historia y sería a la postre la mejor de todas :) Gracias, Margari, un beso
EliminarTe leo y se produce algo raro, siento que no tengo preconceptos en mi mente, que lo que escribes es la única forma de literatura que conozco, entonces todo fluye, como si en verdad fuera una persona libre.
ResponderEliminarLa inspiración... qué tema.
Un abrazo.
Hd
Ya ves, Humberto, intento anticiparme al lector y romper un poco el ritmo, aún arriesgándome a desvariar un poco :) Gracias por unas palabras tan personales y comprometidas, de alguien que sabe muy mucho de todo esto porque tú sí que le impones fuerza e identidad a lo que escribes. Un beso
EliminarOtra vez nos sorprendes con una historia estupenda, con tu toque personal y original aunque el tema sea dificilillo como este tu le sacas petroleo, un beso guapa.
ResponderEliminarPues sí, Rocío, hoy tocaba irse un poco por las ramas. Nunca se sabe, depende de la semana :) Un beso
EliminarLo primero es que tengo que reconocer que he echado mano del diccionario para ver que era un bureau jajaja
ResponderEliminarme ha caído bastante bien John Hawkins, que salidas de tono más apropiadas :D
Pues me parece muy útil a la hora de escribir un accesorio así, por el que te venga la inspiración, pero sin la voz dándote miedo e insultándote claro jajaja
Besos Mere
Me encantaría tener uno de esos escritorios, con espíritu y todo. Y si la voz fueta un poco más tratable, hasta podríamos trabajar ¡en equipo! Gracias, Riku, con esta historia me salí un poco del tiesto pero te confieso que sienta de maravilla desvariar un rato :) Un beso
EliminarEsa esquiva musa... la inspiración que se hace de rogar a veces, pero espero que a ti no te abandone. ¡yo también quiero un bureau! la de cosas que haríamos!! eso sí domesticado, que vaya carácter :) Genial Mere, nos mal acostumbras, no te digo más. Besillos
ResponderEliminarHan restaurado recientemente el escritorio frente al que Bran Stoker escribiera Drácula añadiéndole apliques de murciélagos (un poco horteras para mi gusto)... ¡Y ese seguro que viene con espectro incluído! No lo dejemos escapar, Marilú, tengo un plan: En cuanto lo subasten y la gente puje nos lanzamos a por él ¿qué me dices? Estaría bien, si habláramos rumano :) Un beso
EliminarJajajajajajaja
Eliminar¿rumano? habría que buscar un traductor ¿no tendrás ninguno por ahí?
También creo que un buen decapado le iría bien, renovamos apliques y tan contentas con ese escritorio espectral ;) King y compañía podrían echarse a temblar de las historias que podrían surgir de ahí, jeje.
Besillos
Lo del rumano, está hecho. El conserje de mi hermano es de Bucarest y además ¡no veas qué colmillos! Seremos las Reinas del terror, Marilú, y nuestras historias producirán escalofríos :) Un beso
EliminarHola Mere, a mí me ha costado un poquito esta historia. Solo se me ocurre pensar que me gustaría tener un escritorio que me inspirara con tanta singularidad e ingenio como tu.
ResponderEliminarUn beso.
Sí, esta historia salió algo más rocambolesca pero la culpa es del escritorio que se impuso con voz propia. Ponte en mi lugar, cualquiera le lleva la contraria... Gracias, Lidia, me gusta la gente auténtica :) Un beso
EliminarPobre escritor, ya podía ponerse a escribir en braile! todo el mundo sabe que los escritorios mágicos suelen tomarse muy mal que intenten vacilarles... Habrá que tener cuidado, no llegue un día de estos al Zoo de Madrid y me encuentre un fénix en la jaula de las aves tropicales, un sleipnir entre las cebras o un zorro chino de tres colas haciendo compañía a los pandas :)
ResponderEliminarMe ha hecho gracia encontrarme con el zorro de nueve colas, ¿sabías que me he enganchado a Naruto? Jajajaja. Un besito
Lo que me he reído con tus ocurrencias... eres muy ingeniosa ¿lo sabías? Habrá que ir con cien ojos por el zoo, no me extrañaría que hubiera algún bicho milenario infiltrado entre las ardillas. Un beso
EliminarMe acabo de guardar el realto para leerlo tranquilo al final de la oficina (cuando quedo solo acá aprovecho para leer, no le digas nada a mis jefes jaja)
ResponderEliminarNi bien lo lea te lo comento.
Abrazos
Estupendo, Walter, me alegra verte de nuevo. Léelo cuando mejor te parezca, tómate tu tiempo. Ojalá que te guste, un beso
ResponderEliminar*y sobre lo del jefe, te guardo el secreto ;)
Menos mal que a ti las Musas te acompañan a cada momento y no necesitas de ningún escritorio mágico...
ResponderEliminarBesines,
No te creas, Carmen, a veces veo que se acerca el viernes tan deprisa y no termino de fraguar la historia... no me vendría mal una ayudita. Pero bueno, es lo que hay y por el momento me defiendo. Y así resulta más emocionante ¿verdad? Gracias por los ánimos, un beso
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