Fue en 1918 cuando Serguéi Paulovich Diáguilev acudía a Londres con muchas deudas contraídas durante los años grises de la Gran guerra y la maleta llena de sueños. Partituras, decorados, diseños de vestuario, coreografías... todo estaba allí, empaquetado.
Él acudía en avanzadilla. Conversaría con el propietario del teatro para ultimar ciertos detalles pendientes sobre la inminente llegada a Londres de su compañía de ballet.
A Diáguilev le asaltaban las dudas... ¿Era el momento para estrenar un espectáculo en Londres?
Jamás vió una ciudad tan gris. Eran tiempos de post-guerra y los londinenses aún se hallaban conmocionados en su mayoría por tantas muertes británicas de excepcional crudeza a golpe de balloneta ocasionadas por la guerra de trincheras en Francia.
Serguei Diáguilev se encontraba en plena encrucijada, el ballet debía triunfar o se iría al traste la compañía.
Durante los años oscuros de la Gran Guerra el Ballet Ruso estuvo a punto de disolverse y ahora había de brillar de nuevo o sería su fin.
Diáguilev eligió conzienzudamente el Ballet apropiado para la tan delicada ocasión, así como cada detalle de su puesta en escena. Necesitaba una trama sería alegre y evasiva que invitara a soñar a una ciudad llena de escombros...
Interpretarían "The Magic Toy Shop" (La juguetería fantástica). La historia transcurre en una tienda de juguetes que cada noche cobran vida... Un cuento clásico rebosante de fantasía.
Constaba de un solo acto. Con música de Rossini, coreografía de Léonide Massine, libreto obra del propio Diáguinev junto con Grigoriev y tanto escenarios como vestuario diseñados por André Derain... Un reparto de lujo y la suerte estaba echada.
Los personajes: el propietario de la tienda y su ayudante, la familia de un mercader ruso, un americano y su esposa, damas inglesas, bailarinas de can-can, cosacos, venderores callejeros, reyes y reinas de una baraja de cartas y toda suerte de muñecos que merced a un mágico hechizo cobran vida... Todos ellos se suceden en escena entre hermosos coros y danzas.
La noche del 5 de junio de 1919 se estrenó el ballet: Ladies and Gentlement, "The Magic Toy Shop". Lydia Lopotova sería la 1ª bailarína y danzaría espléndidamente.
Cuentan las crónicas de la época que aquella primera función en el Teatro Alhambra de Londres recibió un clamor de aplausos y las más excelentes críticas.
Jamás en aquel teatro se escuchó semejante obación. Suspiros, sonrisas, ojos que destelleaban recobrando sueños e ilusiones.
Quizás fue cosa del azar...
Nadie sabe el por qué, pero lo cierto es que a la mañana siguiente un sinfin de esquejes de rododendro silvestre habían brotado en los tejados de Londres.
Y volverían a brillar los vidrios de las ventanas dando paso a los felices años 20, una nueva era rebosante de esperanzas.
Y que no la conociera... gracias.
ResponderEliminarYa se lo que voy a hacer ahora mismo.
Una entrada magnífica repleta de información.
Besos
Un Londres devastado resurgiendo de entre las cenizas... algo fascinante y esperanzador a la vez. Mientrasleo, me alegra mucho que te gustara la entrada. Por cierto, la próxima va de espías... Shssst, guárdame el secreto ¿eh? Besos
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