El primer largo recorrido conduciendo ganado tuvo lugar desde Chisholm en Texas a Abilene en Kansas a finales de 1867, marcando el principio de los reinos de ganado occidentales y la apoteosis del vaquero. En la película de Howard Hawkn 1948 de Río Rojo, guía a la manada en este viaje un viejo propietario de ganado de Texas del sur, genialmente interpretado por un maduro John Wayne, a quien acompaña su jóven capataz que encarna en la gran pantalla Montgomery Clift. En la película se ven retratadas las dificultades que van surgiendo al atravesar el territorio indio de Oklahoma y el arduo camino rocoso hacia Abilene, sin embargo los peligros y la violencia que suponía emprender realmente estas travesías con el ganado son mitigados en el filme para no escandalizar al público. Viajaban entre 2000 y 2500 reses a cargo de 9 o 10 vaqueros que vivían y dormían al aire libre, fueran cuales fueren las inclemencias del tiempo, durante 3 a 6 meses que era el tiempo que costaba conducir la manada al mercado. Las jornadas de trabajo eran largas, de sol a sol, deteniendo la marcha el tiempo justo para comer en un plato de hojalata y dormir con un ojo abierto y las botas puestas, bajo el cielo despejado contemplando las estrellas.
El vaquero marchaba siempre a caballo entre el polvo que levantaba centenares de reses. A veces perdían la montura al precipitarse en uno de los numerosos ríos que tenían que atravesar, entonces cavalgaban a pelo como los indios del norte. Tanto cowboys como reses estaban expuestos a ser envenenados por la serpiente de cascabel o a ser arrollados en una estampida que causaba la pérdida de aproximádamente el 10% del ganado. Luego estaban las tribus de indios hostiles que vagaban por las praderas... No siempre se sobrevivía.
El modo de vivir del vaquero que atraviesa enormes planicies conduciendo la manada por la pradera infinita no perduró por mucho tiempo. Antes de los años 1890 apenas quedaban sendas que atravesar, en la mayor parte de los llanos se erguían vallas de alambre de púas que les impedían el paso. La vida agreste del vaquero tal y como la conocemos había durado tan sólo unos 20 años.
No solo eran las cosechas lo que estaba en juego, los ganaderos de Kansas y Missouri veían en las reses tejanas un duro rival y alegaban que el ganado tejano contagiaba a sus reses una cepa bacteriana a la que las primeras eran inmunes exponiendo al ganado del medio oeste a enfermar y morir. Y así es como los llanos del norte fueron puestos en cuarentena para evitar la propagación de "la fiebre de Texas".
Aún había más, los pequeños colonos acosaban a los ganaderos apropiándose de la tierra que los rancheros tradicionalmente consideraban suya hasta que los recién llegados consiguieron la tierra legalmente según los términos del Acto de Granja de 1862, perdiendo los ganaderos cualquier derecho de paso.
Coincidió con el desastroso invierno de 1886 cuando las manadas quedaron diezmadas en la peor ventisca en la historia de los llanos. Muchos rancheros se arruinaron y los pocos que sobrevivieron se vieron forzados a prescindir de gran parte de su tierra y a modernizar sus instalaciones. De ahí que el trabajo del vaquero cambiara para siempre.
Ya no sería el espíritu libre que cruzaba los prados como el centauro, sin separarse de su caballo, jamás a pie... A partir de entonces el cowboy construiría y repararía vallas, cosecharía el heno y alimentaría al ganado durante el invierno. Y con la llegada del ferrocarril, ya nada quedó de aquello.
"No more nights behind the Moon... Bye, freedom"
Dedicado a mi padre Santos Enrech,
que amó el Lejano Oeste desde niño.
*Escena del western Rio Rojo (1948)
El final de una era, llena de romanticismo. Una batalla y a la vez alianza entre el hombre y la naturaleza en estado puro. Precioso reportaje.
ResponderEliminar"A way of living", un modo de vida libre y auténtica que se fue para no volver. Gracias, anónimo, por compartir tus impresiones.
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