martes, 15 de diciembre de 2015

"Hay vida después del martes". CUENTO DE NAVIDAD.





Hay vida después del martes




Dora no espera carta alguna y aun así repara en que últimamente la propaganda no se acumula en el buzón al ritmo al que están acostumbrados. También queda muy sorprendida cuando su marido el farero, no pasa el rato de buena mañana ojeando su revista “Pesca Abordo” del mes de diciembre durante el desayuno y comprueba“casualmente” a una distancia de dos kilómetros tirando de los prismáticos que su vecina Lena no para de llamar con insistencia por teléfono para protestar a su tienda online por un pedido de Pantys Luxury con brillantes Swarovsky que se demora más de lo previsto. “¿Pensará ponerse las medias de seda con botas de agua para regar las berenjenas?” – se pregunta Dora con cierto recochineo y también una pizca de tristeza. Pues en toda la comarca no hay un evento programado, en las rías pasa el tiempo más despacio que en Sildavia. Y si ya de por sí se presenta monótono el panorama, basta que se acerque la Navidad para que cada cual se esconda en su casa y reviva sus sueños de puertas adentro. La familia en torno al hogar de leña… Ya, suena de lo más bucólico. “Pero si faltan los hijos casaderos que abandonaron el campo y los pocos que quedan sueñan con marchar, entonces se te cae la casa encima” – se dice la farera resignada.




Dora suspira, se siente vieja y la escalera del faro en espiral cada vez le resulta más larga y angosta. Pero no se amilana, se agarra fuerte a la barrandilla, baja en busca de respuestas  y calzando un par de botas katiuscas y envuelta en un impermeable rojo de plástico transparente toma el sendero provista de bolsa de papel (que una es muy ecológica) para recoger indicios, gorro de lana y gafas de sol. Unséase: perfectamente equipada para investigar. Podrías llamarla curiosa, inquieta o maldita bibaracha y en cualquier caso acertarías. Lo cierto es que tiene un pálpito… Las rodillas le rechinan y cuando eso ocurre, es que algo no marcha bien en San Vespertino. Y a pesar de que sus métodos de deducción resulten un tanto excéntricos, por absurdo que parezca me temo que tiene razón.


Catorce minutos después en la peluquería del centro: Los secadores rezuman y hace un calor espantoso. Dora entra toda sigilosa, a pesar del frus-frús del impermeable será todo oidos. Habrá de actuar rápido porque una vez dentro solo dispodrá de tres minutos exactos para recabar información.  Suena serio ¿no? Tantas prisas, ni que se tratara de una misión imposible.  “La abuela en la mismísima boca del lobo”. Vale, no es una cuestión de vida o muerte pero casi, casi. Irma, la esteticienne, pinta a la alcaldesa las uñas:“Ni un Christma a estas alturas - gesticula - Mi hermana podría olvidarse, pero es que tampoco tengo noticias de Pepe”.  La alcaldesa toma el relevo en busca de atención y alza la voz para no ser menos por encima de los efluvios del secador: “Y yo, con mi máquinaTassimo en el despacho ¡muerta de risa! Para qué quiero una cafetera esmaltada en azul cosmos de última generación si se me acaban las cápsulas promocionales y por más que solicito monodosis no me las traen. Es inconcebible, ¡ni que viviéramos en las antípodas!" – grulle consternada como si de ello dependiera la paz mundial. “Lo cierto es que no vas tan desencaminada - sopesa Dora  – Finisterre viene a ser justamente eso, durante siglos esta isla se halló más allá del mundo conocido.”- Apura el aire, se le acaba el tiempo y constata que interrogando no está muy fina. Surge un careo espontáneo, todas cacarean y es ella precisamente quien se va por los cerros de Úbeda.




No recibe respuesta, la toman por una vieja loca, así que opta por escabullirse sin despedidas. Nuestra detective otoñal tendrá que huir de mala manera porque tiene la tensión baja y si permanece caerá redonda como en una sauna. No ha estado jamás en Finlandia ni siquiera en un spa, pero está al día por un número atrasado del Cosmopolitan con el que su prima de la granja envolvió el verano pasado media docena de huevos.
Así fue: Un día de lluvia, harta de ver resbalar las gotas por el vidrio de la cocina, Dora se entretuvo pegando con las claras seis pedazos de papel sobre la mesa de trinchar como quien monta un puzzle a modo de pasatiempo. No ha estado nunca en una juguetería con puertas de diferentes tamaños pero sabe que han de encajar las piezas por el catálogo del Corte Inglés que le mandan sus sobrinos de la ciudad cada año por estas fechas para que les pague por giro postal los juegos que previamente señalan con Pilot rojo. Muy eficientes los nenes, siempre tan puntuales salvo está vez.  A todo esto, Dora tampoco ha estado nunca en una papelería, conoce la marca de rotuladores porque su hija trabaja en Sears de Oporto y hace dos décadas exactas se dejó uno en la encimera... Por supuesto, no lo ha echado en falta en todo este tiempo y por lo visto, a sus padres tampoco. Mejor, lo dejamos. Por qué seguir con esta oca de adivinanzas si cada casilla resulta tan ocasional como desafortunada.






Total, siempre la misma historia: Habitar en San Vespertino viene a ser como montar en el elefante del centro del carrusel, ese que aún estando rodeado de espejos apenas se mueve por más vueltas que dé. A veces hasta duda la farera si sigue girando la tierra, podría estarse repitiendo el mismo día en este modesto rincón desde los tiempos de Mari Castaña y nadie se enteraría.

Basta de lamentaciones y centrémonos en el caso: Dora reflexiona y cree entender lo que pasa: Definitivamente alguien ha saboteado las sacas de correos. Podría tratarse de Gloria, la madre de la pequeña Barbie: Su cuarto es tan rosa que parece una casa de muñecas enmoquetada con chicle gigante. O el novio de Desi, loquita por Justin Bieber. Pobre Rafa, hasta se dejó flequillo pero por más que se esmera en seguir el ritmo el Karaoke no es lo suyo y lamentablemente seguirá de por vida a la sombra de semejante hortera. Claro que también tenemos al pequeño Obi-Juan, harto de que los Reyes Magos solo le traigan  miniaturas de los personajes de Star Wars y espadas láser de todos los colores cuando lo que realmente desea es un monopatín. Pues bien, buen sondeo, ya tiene la farera su lista de sospechosos. En adelante les vigilará con recelo, comprobará sus coartadas y con que cometan el más mínimo error, los pillará in fraganti. 






Pero tras la euforia, brotan las dudas. Vuelve a casa confusa... ¿Y si se ha vuelto una paranoica con el viento del Xilsa? Odia esa ventolera fría y seca que azota el faro y amenaza con heladas tempranas, siempre termina por agriarle el humor. Y en esas estamos, acariciando a tientas el lado oscuro, cuando a la altura del rio Dora se topa con la Vespino amarilla del cartero. Ahí lo tienes, sentado de espaldas junto a un saco de arpillera llenito a rebosar. La oye acercarse, parece abatido. La saluda sin aplomo, la cabeza gacha y los hombros caídos. “No entregaré a los vecinos de San Vespertino más cartas por Navidad, Dora. Estoy cansado de fingir, están cargadas de mentiras”. La farera comprende, acaba de pillar a Tomás con un amasijo de sobres y él confiesa, necesita compartir tan pesada carga. Para su sorpresa, el funcionario de correos listo para la reprimenda recibe una inusual respuesta: “No las tires al agua, Tomás, tengo una idea mejor”. Serán colegas o complices si lo prefieres. Tú mismo, según en que bando estés.

Y Dora desembucha un plan complejo y delicado digno de la reina de los espías, la hermosa Matahari. La ancianita resplandece. Es más, de repente como si bebiera agua milagrosa va y se le pasan todos los males. En la orilla mira su reflejo y a pesar de contemplar lo más parecido a una croqueta embutida en papel Albal por culpa del dichoso impermeable, sonríe pues nunca se encontró mejor.







El Plan:
"En Nochebuena iluminaremos el faro, brillará como una antorcha y con la marea bailarán las campanillas. Parecerá más un bastón de caramelo talla XL que un árbol de Navidad convencional, pero poco importa, lo engalanaremos para la ocasión. Me apuesto a Priscilla, mi mejor vaca, a que Obi-Juan no se resiste y le pega un lametón. Le sabrá salado y soltará en un escupitajo. Bien, está dentro de lo previsto. Será entonces que aprovechando el desconcierto de los vecinos, encenderemos una gran hoguera en lo alto del acantilado y entregarás a cada cual su correspondencia pendiente con dos opciones: leerla o arrojarla sin abrir al fuego. A partir de ahí, ya veremos. Al menos alimentará las llamas un catálogo de juguetes del Corte Inglés pero no será la única brasa, lo siento en la rabadilla. Fijo que cae la carátula del último DVD de Justin Bieber y el cómic con la estrella de la muerte, aquel en el que Dart Vader sale con aquello de Yo soy tu padre."

Y todos comprenderán que hay vida después del martes, el día que pasa el cartero. Le sigue inevitablemente el miércoles, que no será ni peor ni mejor salvo que llueva o nieve.








¡Felices fiestas!
 Navidad es compañía. 









17 comentarios:

  1. Hola, Mere... ¡Cómo me ha encantado este cuento de Navidad!
    Las ilustraciones que has puesto, la imagen del principio... esa ventana abierta que te enseña el mar y ese maravilloso faro
    A mí me encantaría vivir en un lugar como San Vespertino
    Sí, creo que hay vida después del martes, después de que pasa el cartero
    No sé lo que harán los vecinos... si quemarán las cartas en la hoguera que encenderán en lo alto del acantilado... o si las leerán
    Yo, desde luego, si fuese Dora, las quemaría... porque si la gente solo quiere regalos... pues que se los compren
    Yo creo que la Navidad es ilusión... quiero decir que puedes estar muy acompañada y sentir el frío de la soledad
    Y puedes estar muy sola y sentir el calor de la ilusión
    Mira, cuando yo me enteré de que los Reyes Magos no existían... mi padre me explicó que las niñas que me habían contado eso mentían
    Me dijo que claro que existían... pero que solo venían si te portabas de maravilla las 24 horas del día los 365 días del año... a veces 366 ;-)
    Yo le creí... y aún me lo creo
    Te diré que aún no he conseguido que vengan... pero es que es muy complicado portarse tan bien durante tanto tiempo seguido... quizás alguna Navidad me sorprenda ;-)
    ¡Felices Fiestas!

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    1. Hola, Mela. Es un cuento atípico pero creo que plasma, con mayor o menor fortuna, las luces y sombras de la Navidad. Me pasa como a ti, el mar gris en un día nublado me conmueve sobremanera. En San Vespertino seríamos vecinas :D
      La quema en la hoguera era como romper con las presiones impuestas, con el chantaje emocional y esos lazos interesados a los que se somete a toda la buena gente que solo trata de agradar.
      Estoy contigo, Mela, la Navidad es ilusión y esperanza, recuperar cierta ingenuidad, renacer en definitiva. El ánimo depende (a mi entender) de la paz y calidez que llevemos dentro, la soledad es relativa.
      Los Reyes Magos vendrán, claro que sí. Y concociéndote, con el peazo corazón que tienes, seguro que falta muy poco :)

      Gracias, Mela. Un Navibeso (que ando trajinando en la cocina, a ver si me sale rico ;)

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  2. Me declaro complice de Dora y el cartero.

    A quemar lo que contagie la navidad de comercio.
    Mejor lo que la convierta en una excelente excusa para reajuntarse con las personas a las que se quiere.

    ...espera, mejor olvidémonos de la fecha y mantengamos ese espíritu todo el año. Saldremos ganando.

    Muy cerca de finisterre debes andar. Yo nací por ahí, un poco mas al sur... bueno lo mas al sur que se puede sin meterse en Portugal.

    Navidad es compañía es un genial eslogan. Hay que patentarlo.

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    1. Bravo, Guille, aplaudo tu filosofía navideña. Echar unas risas, sentirse querido y recordar quienes éramos... Para disfrutar del momento y recuperar un poco de la chispa que perdimos por el camino.

      Sería genial que conserváramos esa jovialidad todo el año, podríamos intentarlo.

      Me encanta Galicia, naciste en un entorno maravilloso. Bueno, yo nací en Sevilla de padre aragonés, madre catalana y vivo en Madrid... Un cóctel de lo más completito ;)

      Me gusta pensar que Navidad es compañía, si lo patentamos nos haríamos de oro. O de nieve, tanto mejor :)

      Feliz Navidad, haremos por que lo sea.

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  3. debo reconocer que leí hasta la mitad, que el calor me sucumbió frente al monitor, desperté sobre las teclas, tratando de recordar que había sucedido, pero tan solo recuerdo el llamado a los agentes en encubierto


    zzZZZZZzzzzZZZZ!!!

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  4. Hola Mere,
    Dora me ha parecido una anciana entrañable. El comienzo de este cuento de Navidad es algo triste y melancólico. Veo a una Dora derrotada y cansada de esa vida solitaria en el faro. Y que un bolígrafo de su hija que dejó hace veinte años sea el único recuerdo que tenga es muy triste. Más cuando se acercan estas fechas.
    Gracias a que reflexiona y su actitud cambia por completo, vemos que todo cobra color, resplandece como ella. "El Plan" es el responsable. ¿Abrir la correspondencia o quemarla en la hoguera? Y es que todos debemos comprender que, en efecto, hay vida después del martes.

    Un aplauso y que tengas una ¡MUY FELIZ NAVIDAD!

    Un fuerte abrazo.

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    1. Hola, Leo. En Galicia hay montones de aldeas abandonadas del todo o casi y quedan solo cuatro gatos de los que no se acuerda nadie salvo para pedir y no dar.

      Ella lo asume y encuentra una solución: Dejar de depender emocionalmente de aquellos que les olvidaron rehaciendo su vida en otra parte.

      Por supuesto hay vida después del martes, aunque nos fascine lo de fuera, que también nos llene lo de dentro.

      Feliz Navidad, Leo, en compañía de "tus enanitos" :)
      Un beso.

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    2. Sólo he estado una vez en Galicia. La parte de las rías baixas y pasamos por Finisterre e hice fotos del faro. Es ese el faro, verdad? Me ha gustado imaginarme a la viejecita en un faro que he podido visitar :D.

      FELIZ NAVIDAD para vosotros también.

      Aunque yo seguiré por aquí, leyendote. No he estado últimamente muy centrada y mis peques parece que pillan todos los virus al vuelo jeje.
      Bueno, despacito pero con paso firme.

      Un abrazo para ti y toda la familia.

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    3. Hola, Leo. Sí, es ese faro, el paraje y más allá, la inmensidad :D
      Feliz Navidad, te deseo un montón de gratas sorpresas.
      Me alegra mucho saberlo, Leo, pensé que habrías perdido el interés por la trama. La inseguridad, supongo. El capítulo 9 ya no está publicado así que te lo mandaré por gmail para que lo tengas y no te pierdas. Pero sin prisas y si al final por h o por b no encuentras tiempo, no te preocupes y atiende tus prioridades. Gracias por explicármelo, Leo. Feliz Navidad y un Año Nuevo estupendo para todos. Besos.

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  5. A Dora la investigaDora deberían nombrarla hija predilecta de San Vespertino y dedicarle una calle y hacerle un monumento, por ejemplo en el faro, sería muy buen sitio!
    La placa conmemorativa diría: "A nuestra liberaDora de cartas, la que nos demostró que hay vida después de los martes..." Y es que todo lo cambió su decisión devolviéndonos la ilusión, porque Navidad es compañía sí señor! (y encima ya nunca más le rechinaron las rodillas!)
    Felicidad completa!!
    Habrá lluviento de abrazos ;-)

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    1. Hola, María E. Cierto, con ese nombre Dora tenía vocación de investigadora desde el principio ;) Un monumento, estaría bien. Y poder acudir allí cada Navidad para recordar que Navidad es estar y compartir.
      Las rodillas, estupendas, ahora Dora se entrena para correr los 100 metros lisos ;)
      Un lluviento, en Galicia... Garantizado. Menos mal que Dora ha preparado una ronda de Naviponche para todos :) Feliz Navidad.

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    2. Sí, y como año nuevo, vida nueva, lo mismo se mete a exploraDora!
      Jo... si no fuera porque no me dió tiempo, adivina qué receta iba a preparar para un reto..¡un ponche de Navidad! me he quedado turulata,jjj
      Besos de nievecoco!

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    3. Está claro, hay que renovarse y Dora no ha hecho sino despegar. Igual le da por recorrer el Amazonas o se contenta con arrojar algo de luz a sus paisanos en medio de la lluvia... Quién sabe, la veo capaz de todo ;)
      Respecto al ponche... Una vez más ¡Coincidimos! Y me encanta :D
      Los besos de nievecoco son un placer multisensorial, deberíamos patentarlos y nos
      Besitilín- besitolón. Abre la ventana y cierra los ojos ;)

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  6. Estoy con Maria, Dora ha tenido una muy buena idea que digo una idea revolucionaria, aunque no sabemos que harán los vecinos con sus cartas, pero eso solo puede ocurrir en un sitio como ese. ¿Te imaginas en una gran ciudad? la tomarían por loca seguro.

    Alli en San Vespertino si se puede tomar esa decisión porque la navidad es algo más que gastos y regalos.

    Un besote

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    1. Dora acierta plenamente, ojalá se liberen de todas las presiones de afuera y con esta atípica Navidad, recuperen la ilusión y el apego a su tierra.
      San Vespertino tiene que ser un lpequeño paraíso. Amanecer allí... ¡quién pudiera!
      Tienes razón, Rocío, no quieno ni pensar qué sería de Dora si le da por encender una hoguera en El Retiro o en El Parque Mª Luisa. Pero en Galicia es distinto, les pirra el fuego... Será por las meigas ;)

      ¡¡¡Feliz Navidad!!! Y para tu lindo sobrino, un achuchón de mi parte.

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