martes, 31 de enero de 2012

El Secreto que guarda la Piedra


El arte más temprano del mundo era tribal, nacía como legado de los clanes de familia que con grabados e insignias en la roca susurraban a su estirpe de dónde vienen y todo lo que son, transmitiéndolo de padres a hijos. Aunque comerciaran con sus vecinos o en ocasiones asaltaran pueblos limítrofes, eran genuínamente territoriales. Ni siquiera cuando emprendían largos viajes para explorar tierras vírgenes, renunciaban a volver algún día allá donde se hundían sus raíces.

Las tribus reclamaban el dominio de aquellas tierras que consideraban suyas, por matrimonio, negociación o la guerra. Por eso marcaban la tierra, como haría un animal delimitando su territorio.



Pocos de estos estandartes han conseguido sobrevivir a batallas e invasiones y mantenerse en pie. Eran quemados, demolidos, barridos por los pueblos invasores para afianzar su poder igual que ocurre a diario cuando una empresa absorve a otra. Su marca y logo desaparecen dando paso a una nueva era.
Las piedras esculpidas pictas de Escocia son magníficas muestras supervivientes del dominio tribal de un territorio. No se trataba de tumbas y sin embargo permanecen desde antaño a cielo abierto en recodos de viejos caminos, en sus posiciones originales, probablemente indicando las fronteras del clan. La roca sorteó los vientos y la lluvia durante siglos e incluso la torpeza del hombre, al ser reutilizados en ocasiones como simples materiales de construcción. Son obra de los pueblos del norte, grandes guerreros, considerados por Roma "bárbaros" como tantos otros. Los Romanos les conocían por " Pictos" porque pintaban sus cuerpos. En realidad no eran pinturas sino tatuajes.



Cubrían caras, brazos y torsos de formas abstractas dibujando trazos únicos que mostraban detalles del nacimiento y posteriores hazañas del guerrero e influencias secretas espirituales de su linaje.
El significado de aquellos tatuajes así como el de la talla esculpida se desconoce. Es el caso de la Bestia Picta, réplica celeste del caballo de mar o de un delfín. También aparece amenudo el símbolo de la Luna Perforada con forma de hoz igualmente omnipresente y misteriosa, que parece arder en el cielo. Y nos fascina la omnipresencia de tantos nudos enrollados, al modo celta, rodeando con su geométrico entramado a las bestias más extrañas.

El pueblo Picto de las Highlands siguió aferrándose a sus orígenes aún después de la llegada del cristianismo allá por el siglo VI, pero poco a poco cayó en el olvido, engullido por los nuevos tiempos hasta perderse las raíces de un pueblo ancestral.
Su arte nos intriga, plagado de mitos que dejan tras de sí un halo de misterio. Pero el hecho de que solo nos quede El Enigma pudo ser algo intencional, lo que mitiga mi pesar: Los últimos pictos, firmes al más profundo sentimieno de lealtad secreta hacia un clan que se desvanece, manteniendo a raya a los forasteros.





Y la piedra, eterna, cumplió su cometido durante siglos permaneciendo altiva y cifrada clavada en esa misma tierra que fue suya. Así sea testimonio de Gentes, puerta de mil secretos, vedada al mundo hasta el fin de los tiempos.

4 comentarios:

  1. Historia y misterio grabados en piedra. Intrigantes y sugerentes trazos y dibujos. Lograremos un día que nos hablen las piedras? Ojalá...

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  2. Sería fantástico desvelar los enigmas de la piedra pero de no ocurrir, el pueblo picto habrá preservado sus secretos del extraño y quizás hasta sea mejor así. Gracias, anónimo, por aportar tus impresiones y por mostrar tu interés.

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  3. Date cuenta que hay muchos dibujos y todos son preciosos
    Au Revoir

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    Respuestas
    1. Date cuenta que tengo grandes amigos que ven todo lo que hago con muy buenos ojos... Gracias, Manu.

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