miércoles, 23 de noviembre de 2011

El Extraño Cargamento del H.M.S Bounty


Joseph Banks, un botánico de Gran Bretaña que viajaba con el capitán Cook a finales del siglo XVIII por las islas del Pacífico, descubrió que la fruta del pan era una prolífica fuente de alimento. Al difundirse la noticia, los gobernadores de San Vicente y Jamaica decidieron introducir la planta en las Antillas con el propósito de abastecer de alimento barato a tantos esclavos.
El 4 de abril de 1789, el buque HMS Bounty a las órdenes del capitán Bligh zarpaba de Tahití hacia las Indias Occidentales cargado con 1805 brotes de tan preciada mercancía. Parece ser que el capitán Bligh se preocupó más del cargamento que de su propia tripulación usando la poca agua fresca disponible a bordo para regar las plantas de fruta del pan que transportaba en sus bodegas.
Un trato distante y marcial unido al escrupuloso cumplimiento de las ordenanzas y la contrastada relajación de los marineros al convivir con las tribus autóctonas durante meses de desembarque propiciaron que la tensión a bordo del Bounty fuera en aumento hasta que el 17 de abril terminara por amotinarse parte de la tripulación capitaneada por el primer oficial Fletcher Christian, 11 hombres le secundaron.
El capitán fue abandonado a su suerte junto con 18 de los marineros que le fueron leales sobre un bote de una sola vela con la sola ayuda de un sextante y un reloj. Bligh realizó una gran hazaña navegando durante 41 días hasta la isla de Timor. Había recorrido unas 5.800 millas y perdido un solo hombre, muerto en un enfrentamiento con nativos hostiles de una isla, donde había intentado recalar para recoger agua y víveres.
En cuanto a Christian y los amotinados navegaban eludiendo el avistamiento de cualquier barco de la armada británica o serían apresados y condenados a muerte. El primer oficial y sus hombres encontrarían refugio de forma casual al atracar en la isla de Pitcairn al oeste del archipiélago de Tahití que por aquel entonces figuraba en las cartas marinas en una posición errónea y el error cartográfico dificultaba el que fuesen localizados. El 23 de enero de 1790 quemaron el Bounty, harían de Pitcairn su hogar con la esperanza de no ser jamás encontrados.
Cuando Bligh llegó a Londres, el almirantazgo le mantuvo en su puesto de la armada real y organizó otra expedición. En 1792 con el beneplácito del rey Jorge III, zarpó de nuevo hacia Tahití,volvió a embarcar la fruta del pan y esta vez consiguió llevar cientos de brotes de furta del pan al puerto de Kingstown, en San Vicente.
En enero de 1793 va se habían repartido por toda la isla y hasta nuestros días la fruta del pan crece en casi todas las islas del Caribe. Crece silvestre por cualquier parte, al alcance de todos, con el paso del tiempo saciando el hambre.
BREADFRUIT
(artocarpus incisa)
A sucker form one of the Original plants introduced by CAPTAIN BLIGH in 1793 on H.S.M.PROVIDENCE to ST.VINCENT

Esta placa conmemora el origen de la fruta del pan a su llegada a la Isla de San Vicente y aún puede leerse semiescondida entre frondosas ramas y algo desconchada por la corrosión de la humedad y el paso del tiempo en un pequeño cartel a la entrada del Jardín Botánico de Kingstown. Un puñado de palabras que me sabe a poco, para tan larga y temeraria travesía.










5 comentarios:

  1. Voy a ir yo a Tahití y voy a llenar Madrid de Frutas del Pan :)

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  2. Avísame y me voy contigo!!! Nos cae un poco a desmano, allá por las antípodas, pero ya caerá y ¡cómo no! de paso haremos una paradita a por vainilla en la Isla de La Reunión ¿vale? Besos

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  3. ¿Y qué pasó con la tripulación amotinada que quedó en la isla Pitcairn? Te falta una parte de la historia, aunque no es una historia muy alentadora. Violencia, muerte y al final renacimiento con la nueva generación. Pero terminaron prosperando y el único superviviente, John Adams, fundó una escuela para niños y fue perdonado por las tropas inglesas cuando la colonia fue descubierta al cabo de los años.

    La historia de la Bounty forma parte de mi imaginario cultural. La culpa, las películas de sobremesa de TVE1 durante los veranos de mi infancia...

    Besos
    Ismael

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    Respuestas
    1. pues sí, la historia no acaba ahí. Algo bueno tenía que brotar de semejante aventura. Russel Crowe y Mel Gibson fueron dieron vida a mis propios fantasmas y la historia, como a ti, me hizo mella.

      Un beso

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    2. pues sí, la historia no acaba ahí. Algo bueno tenía que brotar de semejante aventura. Russel Crowe y Mel Gibson fueron dieron vida a mis propios fantasmas y la historia, como a ti, me hizo mella.

      Un beso

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