martes, 30 de septiembre de 2014

¿A qué sabe un melocotón? Joanne Harris responde





En todo hay un antes y un después. Y claro, también en la cocina. Cocinar es un arte ancestral, en conexión íntima con las personas. Generación tras generación encienden la lumbre, maceran la carne, saltean las verduras, aderezan el asado, se espolvorean las manos de harina, esparcen la levadura, amasan y deja que repose. A partir de ahí, las horas y el fuego se encargarán del resto.
Es un quehacer perenne. No hay sol ni luna que despierte sin el crepitar de una hoguera o el aparatoso bullir de un microondas. La cocina no es una lengua muerta, no guarda conexión con la muerte sino con la supervivencia misma.



Les Marauds, es allí donde se originan los problemas. El sitio donde todo empezó. Fue allí donde conocí a Armande, paseando frente a su casita. Allí es donde la gente del río amarra sus barcas, donde Anouk solía jugar con Pantoufle, a orillas del Tannes, llenas de juncos. Y también fue allí donde Armande me dijo que fuera, si yo hubiese podido pensar con claridad:

Junto a mi casa había un melocotonero. Si vas en verano, 
la fruta ya estará madura y lista para coger. 

Y ahí estaba... Un viejo melocotonero, sus ramas a medio calcificar a causa del paso del tiempo y las hojas en forma de daga abrasadas por el sol. Pero ella tenía razón, la fruta estaba madura. Cogí tres melocotones, aún calientes por el efecto del sol y suaves como la cabeza de un bebé. Le tendí uno a Anouk y otro a Rosette. Luego le di uno a Reynaud.,,



DÍAS DE FUTURO SmartyPans recurre al smartphone o a un tablet para que conozca el usuario en todo momento qué está ocurriendo con su preparación. Por medio de tres sensores (peso, humedad y temperatura), un procesador integrado y conectividad Bluetooth, la sartén le guiará por una receta en concreto, indicando cuando añadir cada alimento, el peso o las calorías le reportará la receta a tiempo real. El sensor de temperatura ayuda también con los tiempos de cocinado, informando sobre el estado de la comida y evitando que la ésta se queme gracias a un aviso si la temperatura es muy alta. Son las nuevas tecnologías, para tu bienestar.



DÍAS DE PASADO Hubo un concursante en la última edición de Masterchef-United States que rebosaba carisma, se trata de Big Willie. Un afroamericano grandullón todo sonrisas y gafas de colores. Cocinero amateur y director del grupo de Gospel en una iglesia evangélica de Houston. Pues bien, Big Willie asistió a una prueba de presión en la que se jugaba la permanencia en el concurso. Tenía que escalfar un huevo, proporcionándole solo uno. Se la jugaban pues a una carta: El huevo podía romperse, perder la yema, quedar crudo o por el contrario, hacerse demasiado. La clave estaba en el tiempo de cocción... Y esto es lo que Big Willie hizo: canturreó Amazing Grace para sí. un himno eclesiástico de su congregación. No una ni dos, sino ¡tres veces! Es el truco que le contó su abuela para escalfar un huevo los minutos justos. Los demás concursantes estaban tensos, atacados. Mientras él, canta que te canta, más feliz que unas castañuelas. Y ¿qué pasó? Pues que acertó de pleno y su huevo escalfado resultó estar en su punto. Se salvó de la eliminación, honró a su abuela y lo mejor de todo. Ta-ra-ri, ta-ra-ra... Pasó un buen rato. ¡Ahí lo tienes! Eso es disfrutar en la cocina.




- ¿Te gustaría echarnos una mano? - Vamos a preparar mermelada de melocotón. 
- "Bam. Mermelada. Pam. ¡Badda-bam!" , cantó Rosette, cogiendo una cuchara de madera y haciéndola bailar sobre la mesa. 
Alyssa me miró con curiosidad. 
- ¿Mermelada de melocotón? 
- Es una receta muy sencilla. Tenemos todo cuanto necesitamos: azúcar de mermelada con pectina, un cazo de de cobre,frascos, canela... y melocotones, claro. -Sonreí-. Vamos , ayúdanos a cogerlos. 
Por un instante, Alyssa dudó. Luego me siguió hasta fuera. Era bastante seguro: la casa está aislada y desde el camino no puede verse el melocotonero. El viento del aután es despiadado: los pies del árbol ya estaban cubiertos de fruta. Si la dejas ahí más de un minuto, las avispas empiezan a atacarla, pero los melocotones caídos son perfectos para preparar mermelada y en menos de diez minutos ya teníamos un montón de ellos. 
El cazo de cobre era de Armande, aunque yo tengo uno muy parecido. Es grande, tiene forma de timbal y su fondo es irregular. En el fogón de la cocina de Armande parece el caldero de una bruja..., lo cual no se aleja mucho de la realidad, supongo, porque ¿qué se asemeja más a la alquimia que transformar ingredientes crudos en algo que te hace la boca agua? 
- "Bam, bam", dijo Rosette, tamborileando en el cazo de cobre. 
- Ahora hay que preparar la fruta. 
Llené el fregadero de agua fría. Lavamos los melocotones y quitamos los huesos. Frotar un poco no hace daño y hace que los melocotones estén más dulces. Mientras trabajábamos, con las mangas arremangadas y el dulce jugo goteándonos por los brazos, la cocina se llenó con el soleado perfume de los melocotones, de azúcar y de verano... 






En la cocina no hay límites ni reglas. El reino de los sabores es infinito. Es el lenguaje más universal que conozco. El suyo, el tuyo y el mío. Auténtico, libre, sin ataduras. Prueba la comida de un pueblo y sentirás de inmediato una gran afinidad con su cultura. Comparte su mesa, sus risas... Así es, la cocina sigue uniendo personas. 

¿Arte o ciencia? En cualquier caso, es pura artesanía. Los dedos esparcen, modelan. La mano revuelve la olla sobre el fogón formando un remolino. Basta con perder el miedo al fuego y el aire se empapará de bruma. ¿Magia blanca? ¿Magia negra? Ambas confluyen como en el tablero de ajedrez en una tregua sencilla. Tanto en la choza de la bruja como bajo la torre del alquimista, el tiempo converge en un momento de felicidad del todo inusual que les transforma. Durante el efluvio, nadie es quien decía ser, son solo criaturas.




- Hoy no vamos a cocer los melocotones.Los dejaremos reposar toda la noche. Un kilo de azúcar por cada kilo de fruta, menos las hojas y los huesos, claro. Los cortamos y los metemos en el cazo de cobre... El cobre es el mejor metal para cocinar, porque se calienta más deprisa Luego añadimos el azúcar y a continuación, con una cuchara de madera, lo mezclamos con la fruta. Esa es la parte que más le gusta a Rosette porque es la más movida. Y porque además huele muy bien... 
Las fosas nasales de Alyssa se dilataron. 
- Y ahora añadimosla canela -dije-. En rama, no en polvo; partidos los palitos por la mitad. Con dos o tres bastará...
El olor a verano se había vuelto otoñal. Hogueras y Halloween. Tortitas de canela preparadas al aire libre. Vino caliente y azúcar quemado. 
- ¿Qué te parece? 
- Está muy bien -dijo- ¿Y ahora qué? 
- Hay que esperar -contesté-. Tapamos el cazo con un trapo y lo dejamos toda la noche. Luego, por la mañana, encendemos la cocina y removemos la mermelada hasta que hierva. No debe hervir más de cuatro minutos; luego la metemos en frascos hasta que llegue el invierno. 
Me miró de inmediato. 
- ¿El invierno? 
- Claro. Yo no estaré aquí -dije-. Pero la mermelada sabe mejor en invierno, cuando las noches son largas y el aire es helado. Cada frasco que abres es como abrir un poco de mermelada de sol... 
Dejé que llorara, a veces eso ayuda. A nuestro alrededor, el perfume de los melocotones era tan intenso que resultaba casi insoportable. Fuera, el viento agitaba las ventanas. Cuando sopla el aután, ya se sabe. 



A cada bocado, el sabor estalla y entras en trance. Luego culmina y se escapa. Aún conservamos el aroma, que lentamente se disipa. Pero no todo se evapora, hay algo que perdura. Lo que nos queda, es la compañía: Los amigos que invitaste a cenar aún no se han ido, esos críos que cual pollitos se acurrucan en vuestro nido de tela a cuadros siguen ahí, mirándote. El recuerdo de la matriarca te ronda, el calor de la chimenea te salpica con el repicar de las brasas: Mi padre solía decir "porque la sopa de tapioca de mi santa madre..." ¡cómo le brillaban los ojos! Es en torno al fogón donde se confunden los días. Días, de futuro-pasado






Y es a eso precisamente a lo que sabe un melocotón. De niño lo probaste. haz memoria.


El cazo de cobre estaba vacío. Entre las dos, llenamos todos los frascos que había en la casa. Cocino cuando estoy inquieta. Me gustan las recetas sencillas, la preparación de los ingredientes, la certeza de que si sigo las reglas el plato nunca me va a defraudar. Si la gente fuera así... Si el corazón fuera tan sencillo...








"El perfume secreto del melocotón" 
(tercera parte de "Chocolat")
Cocina poética una vez más, 
de la mano de Joanne Harris







* A Carmen, mi madre. 
Por tantas tardes de verano bajo nubes de caramelo. 

Y es que el melocotón en China, es símbolo de Vida Eterna... 


E

36 comentarios:

  1. Se que el viernes por la tarde tengo que ir al Super, necesito lacón, un bote de grelos, aún no es época de conseguirlos al natural, ese chorizo especial y algún otro añadido más, el domingo, después del largo verano me toca cocinar uno de mis platos favoritos junto a los arroces, el lacón con grelos de mis inviernos, ya me lo ha pedido la familia y no me gusta defraudarlos, el resto de los días le toca esa tarea a la jefa de la casa y es bueno liberarla cuando uno puede.

    Me has traído al recuerdo los más maravillosos melocotones que he comido en mi vida, fue en un pueblo de Huesca gran productor de ese preciado manjar.

    Y que sepas Mere que estás invitada.

    Besos,

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    1. Mi madre era catalana. Mi padre, aragonés. De Huesca, precisamente. Esos melocotones son parte de mi infancia. Los he visto crecer, dorarse en el árbol. Los he cogido de la rama. Una cocina antigua bullendo confitura de melocotón es ¡puro sol! Bienvenido a mi casita de caramelo :D

      Esa comida familiar en torno al lacón con grelos, un plato de toda la vida... Una delicia. Me encantaría asistir, pero es tu nido sobre mantel a cuadros :) Me alegro muchó por tí, Sau. Disfruta de tu gente, allí estarán todos :D Un beso

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    2. Mere el pueblo a que me refiero es Fraga del que guardo muy buenos recuerdos así como de mis correrías como senderista por Hecho, Ansó, Jaca, Benasque o mis maravillosas estancias en el Parador de Monte Perdido sin olvidar las fiestas de Huesca donde en una ocasión acabé en Zaragoza en ve del hotel de tanto como había bebido con mis amigas de allí... cosas de la juventud loca.

      Besos,

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    3. Mi familia es oriunda de Jaca, Hecho en el prepirineo es un pueblo precioso. Mi abuelo vivía en Zaragoza pero tenía su casa familiar en Ballobar, en el Bajo Cinca. Está cerca de Fraga, pero en la otra linde del río y por eso lo que se habla es castellano. Como bien sabes, esa es tierra de melocotones ¡de los amarillos! Les llaman prescos. Y hay otro olor, igual de mágico para mí: Es el de la higuera. Es acercarme a esas ramas fibrosas con sus hojas palmeadas y transportarme a un tiempo y lugar más sencillo y empaparme de una paz inmensa :)
      Gracias por este rato, Sau, he disfrutado de lo lindo. Un beso

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  2. Cuántas historias se han "cocido" en torno a la cocina, las comidas, la preparación de las mismas... Comer, y comer en compañia, va más allá de una necesidad física. Me ha parecido tan interesante tu entrada... he flipado con el smartypants... La comida, cocinar, es algo muy unido también a la pituitaria, quizás por eso no se me da bien cocinar... bueno, en realidad nunca se me ha dado bien, me ha gustado más comer que hacer la comida. Pero soy de una tierra en la que se cocina mucho y bien, mi madre también era una estupenda cocinera (ahora ya no le gusta tanto cocinar...) y hay tantos recuerdos en esa estancia de la casa...

    Gracias y besos!

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    1. En torno a una mesa pasan tantas cosas... Se escucha, se cuenta, se ríe, se sueña. Compartimos no solo el alimento sino la vida del otro. Somos uno, de algún modo.
      Un beso

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  3. Qué bien huele por aquí y me plantas esta entrada cuando me estoy haciendo el propósito de las verduras. Este fin de semana he tenido una sesión intensa de huerto/cocina/degustación tradicional y modernidades en medio de ninguna parte y ha llovido, cuando llueve, migas. Esa mermelada tiene una pinta magnífica ¿Sabes que no leí Chocolat? solo vi la película pero eso de cocina poética ha sonado realmente bien.
    Big Willie es un tipo listo, no solo se canta en la ducha o en el coche :) Cocinar para gente, en tardes que parecen no terminar, con recetas de toda la vida es un placer y es que la cocina de diario es muy desagradecida, en mi opinión, confieso que me inclino más por dejar que cocinen (como tonta)
    Un besote

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    1. Chocolat es una delicia, luego vino Zapatos de Caramelo que aún me gusta más. Este es el tercero. En casa de Vianne me siento una más de la familia, solo nos falta... ¿cenar?
      Big Willie es una de esas personas dulces que se empeñan en alegrarnos la vida. Quedan pocas, pero haberlas haylas.
      Un beso.

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  4. Aix Mere, me he emocionado, mi madre se llamaba Carmen también, y le encantaban los melocotones, que bonito libro Chocolat, no conocía este que presentas hoy. Que entrada tan bonita Mere, llena de... mimo, canela y melocotón.
    Un beso fuerte.

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    1. Comencé a montar la entrada. Los párrafos sueltos, las fotos... Todo parecía llevarme a mi madre y a ti a la tuya :) La infancia, Lidia, no está tan lejos. Hay olores, colores, ¡canciones! que nos la traen en vuelta.
      Un beso naranja.

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  5. Preciosa entrada Mere, preciosa....en fin....

    Soy buen cocinero de postres, es lo único que sé hacer así que me apuntaré la receta, siempre me he dicho que debo aprender a hacer más platos pero para qué si mis amigos esperan de mí mi leche frita deforme y mi tarta de calabaza de Halloween con el relleno de las más dulces que encuentro pero ¿sabes? Me he quedado muy impactado con tu mención a la magia y a la alquimia, imagina a un gran cocinero o a una mujer que ha recibido enseñanza de recetas generación tras generación, inalteradas, con ingredientes secretos, que cuando se degusta el producto final se despiertan los sentidos, se activa el placer... ¿qué es eso si no magia o alquimia? Un beso :)

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    1. Así que eres ¡un gran repostero! La forma de la leche frita no es un defecto sino marca de la casa. Pura artesanía ;)
      A mi me encanta cocinar pero soy muy poco disciplinada. Para mí tanto las medidas como los ingredientes son "orientativos". Eso sí, emoción en mi cocina nunca me falta porque cada día la misma comida sabe distinto :S
      La cocina es todo eso: arte, magia, alquimia... Un laboratorio de improvisadas sensaciones.
      Un beso

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  6. Una entrada que si la lees a ciertas horas como me ha pasado a mí, no puedes evitar que se te abra el apetito y piques algo.
    Me encantan los melocotones. En verano nunca falta en casa y más siendo de la huerta murciana.
    Me los suelo comer tal cual. Soy muy golosa e intento no hacer postres porque me conozco pero de vez en cuando un poco de mermelada que hace mi madre no hace daño y casera menos aún ;)
    Y sobre si la cocina es un arte o es ciencia, creo que es una mezcla de todo. Depende del prisma con que lo mires o el significado que tenga para cada uno :)

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    1. El melocotón es mi fruta favorita junto con los mangos. Recuerdo que de pequeña estaban tan dulces que le clavávamos un tenedor y lo lamíamos como un chupa-chups.
      No hay nada como la confitura casera, quizás sea menos uniforme pero el color y el sabor son puro caramelo.
      La cocina es a mi entender tanto arte como ciencia. Arte porque mezclas sabores, texturas e innovas. Ciencia a partir de ahí, tomas tus propias conclusiones. También es un juego, porque arriesgas y si ganas, te comes el premio :)
      Un beso

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  7. Hola Mere... me ha encantado lo que nos has contado de Big Willie... y el truco que le enseñó su abuela para escalfar un huevo en su punto
    Tal vez pruebe a hacer mermelada de melocotón... me encantan los melocotones, pero tienen que ser buenos... saber a melocotón
    Según nos has explicado la cocina en esta entrada... yo creo que la cocina es arte y magia blanca
    Y espero que la cocina siga uniendo a personas
    Preciosa dedicatoria a tu madre
    Un abrazo muy fuerte

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    1. Big Willie es una bellísima persona, por eso escuchó a su abuela y aprendió de ella sin despreciar las tradiciones.
      La mermelada de melocotón te encantará, endulzará tus desayunos.
      Los melocotones buenos son los amarillos, nunca las fresquillas que no tienen cuerpo ni tampoco color y apenas sabor.
      Estoy contigo, la cocina es magia blanca porque construye deseos, momentos, expectativas.
      Mientras alguien cocine habrá conversación. Por favor,que nunca falte.
      Fueron los melocotones con su magia blanca, me trajeron la memoria de mi madre :)
      Un beso

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  8. ¡Qué maravilla de post!
    Por algo dicen que la cocina es el corazón de la casa, ya desde antiguo la pieza principal donde todos se reunían al calor del hogar...y hasta ahora, sólo hay que ver los salones americanos con la cocina integrada y así poder estar en familia o con los amigos.
    ¡Bien por el concursante! no pudo hacer nada mejor que volver a sus recuerdos a través de la canción y por tanto, disfrutar de todo lo que estaba haciendo en ese momento. Somos muchos los que recuperando un sabor perdido o al agradable olor de un guiso volvemos a ser niños... y sencillos.
    Precioso homenaje a tu madre!
    Un beso.

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    1. Comer todos juntos no es solo un símbolo, es mucho más que eso.
      Compartes el alimento, las ganas de vivir, también un destino.
      Big Willie cantó y cocinó, disfrutó como un chiquillo. La niña de nuestro interior, no se ha marchado. Sigue ahí y despierta cuando menos lo esperamos :D
      Con esos melocotones, sentí muy cerca a mi madre.
      Un beso

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  9. Es tan hermosa tu entrada Mere, sinceramente no sé ni qué decirte porque me has llegado al corazón directamente, así, como un flechazo y es que ahora mismo tengo tantos recuerdos abiertos de mi madre en mi cabeza que no soy capaz de ordenarme para contestarte, sin embargo, tenía que decírtelo es una preciosidad.

    Te mando un abrazo con muchísimo cariño.

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    1. La saboreamos juntas, FG, en cuerpo y alma. El sabor a caramelo, ese color tostado y el recuerdo de una madre que nos mimó de chiquitas en un mar de ternura :)
      Un beso enorme

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  10. Qué dulce entrada y emotiva. Me gusta cocinar, aunque no puedo dedicarle mucho tiempo, pero de las tareas domésticas me parece la más agradecida y creativa. Y es un hilo que nos mantiene unidos a nuestra infancia, a esas primeras lecciones de cocina ayudando a mamá y seguimos sintiendo su presencia cada vez que repites sus recetas.
    ¡¡Todo un mundo alrededor del arte de cocinar!! parte importantísima de la cultura de los pueblos.

    Besos

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    1. Claro que sí, Jara, la cocina es todo eso. Nos trae aromas, sabores y también recuerdos. Los nuestros y los de otra gente que como nosotros... Todos latemos :) Un beso

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  11. Me ha encantado esta entrada dedicada al melocotón una de las frutas que siempre me han gustado desde pequeña y uno de los olores que más me gustan cuando entro en la cocina.
    Si es que cuando entras en casa y por ejemplo se esta haciendo un bizcocho en el horno llega el olor a toda la casa que maravilla y que hambre me esta entrando jajaja. Besos

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    1. El melocotón tiene un qué se yo, un vaya usted a saber... Que colma de pleno. Y ese olor que invade la casa es calor de hogar. Aspira hondo, Rocío, ¡y qué nunca falte! Un beso

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  12. A VER, yo es que no sé cómo catalogar muchas de tus entradas, así por lo pronto se me ocurre...INESPERADAS!!!, En serio, se puede hablar de recetas, de melocotones y su preparación, pero de esta forma es rara avis. Y claro, es como todo: todos los temas están más que trillados si el bloguero es veterano...pero se puede ser siempre creativo y tener esa chispa. Y tú la tienes.

    Y YA TENGO HAMBRE Y MARI ESTÁ AHORITA MISMO EN LA COCINA, y con el pc en el salón a escasos metros de la misma...UMMMMMMMM, sólo te diré que esta noche toca tortilla de patata casera y de las guapas!!!!, ah, y ensalada de tomate, aceite de oliva, maiz dulce y demás, EEEEEEEEEEEEELE!!!!!

    Un besazo

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    1. Es divertido, ni yo misma sé lo que voy a contar de un día para otro y luego van y salen estas cosas :)
      Esa tortilla de patata con ensalada tan colorida se merece un ¡OLÉ! Valaf, tú sí que sabes... Buen provecho :) Un beso

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  13. Toda una sinfonía de color con un sabor que se adivina,bella entrada,saludos.Amatista

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    1. Justo, eso es lo que pretendía. Salpicar el aire de dulce y naranja :) Gracias, Amatista. Un beso

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  14. Me ha gustado mucho la entrada, el melocotón me
    encanta :D
    Te sigo y te invito a que te pases por mi blog.
    Un beso.

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    1. Pues si el aroma a melocotón te trajo hasta aquí... ¡Bienvenida! Estás en tu casa. Besos

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  15. Una entrada muy bonita. Me ha encantado.
    La cocina no es mi fuerte pero si que trae mil recuerdos.
    Aluciné con lo del huevo escalfado, que bueno.
    Los libros no los leí, pero ahora los apunto.
    Un beso Mere. Buen finde!

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    1. No le tengas miedo a la cocina, Nesa. Y si es por falta de tiempo... Ya lo harás más adelante, para todo hay un momento.
      Por de pronto, disfruta de lo que comes, deja que los aromas te transporten :) Un beso

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  16. Si es que me estás haciendo oler a melocotón... Ahora se me ha antojado! Si es que lo que tú no consigas... Y qué bonita y tierna la anécdota de Big Willie. Voy a buscar a este personaje en yotube, que no lo conocía.
    Besotes!!!
    PD: Ni un melocotón en el frigorífico...Pero sí tengo un licor de melocotón que dos cubitos de hielo me va a quitar el antojo muy bien. Más besotes!!!

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    1. El licor de melocotón también vale, claro que sí. Ahora a la que le ha entrado antojo es a mí. Con hielos y todo... Somos afortunadas por saber saborear estas cosas y deleitarnos con esos pequeños momentos. Tú sí que sabes, Margari :) Un beso naranja

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  17. Me ha encantado prima. Yo también tengo en mi memoria es olor del melocotón y sobre todo de la higuera..Me trae muchos recuerdos. Aquella higuera en una esquina de un patio de una casa de un pueblo del bajo Cinca.. Nunca lo olvidaré.
    Besos, Josele.

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    1. Josele, ¡qué alegría más grande! Esos olores nos acompañarán siempre, prima, son nuestro legado :) Y cada vez que lo detectemos aquí o allá, nos traerá gratos recuerdos. Y también nos tendremos presentes la una a la otra.
      Un besazo, Mª José.

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