viernes, 14 de octubre de 2011

Tom Blake y la cultura del Surf


En 1920 el nadador de Waikiki Duke Kahanamoku pasaba por Detroit tras ganar de nuevo la medalla de oro de los 100 m libres en los Juegos Olímpicos de Amberes. Entró en un cine de la ciudad para ver el noticiario donde se topó por casualidad con Tom Blake, un joven de Wisconsin que quedó tan impresionado por su energía y carisma que decidió dedicar su vida a los deportes hawaianos, la natación, el remo y el surf y hacer de ellos su gran pasión.

En 1924, con veinticuatro años, Blake se trasladó a Hawai para comprobar los progresos de su amigo Duke marcando inesperadamente un nuevo giro revolucionario en el Diseño del surf.


Muy pronto Tom sería un excelente surfista y remero. Fue cuando ideó una tabla de surf más rápida copiando las dimensiones de una antigua olo del Museo Episcopal de Honolulú. Ya en su fabricación dejó secar la madera haciendo cientos de agujeros en una tabla de 80 Kg, luego laminó la cubierta y el casco con madera contrachapada.




Los beach Boys se jactaron públicamente de la creación hueca de Blake, de unos 5 m y la bautizaron "tabla cigarro" en señal de burla. Hubieron de retractarse cuando Tom Blake con su nueva tabla los dejó atrás remando. Duke la provó y le gustó.

Blake se llevo su tabla a California y con ella ganó la prueba de remo en la I Competición Surfista Anual Costa del Pacífico celebrada en Balboa. Desde entonces el apodo de la tabla se mantuvo, pero con admiración.


En 1930 T.Blake patentaba la Tabla Hueca Hawaiana que se convirtió en la tabla de remo stándar y en el vehículo salvavidas de todas las playas del país.


Además de un surfista innovador, Tomas Blake también fue un hombre vegetariano y visionario, algo impropio de su tiempo, acorde con el estilo de vida natural de los antiguos deportistas acuáticos del Pacífico Sur y comprendió la mentalidad Aloha...

Mientras Albert Einstein pulía su teoría sobre física cuántica, Tom Blake aprendía a vivir una vida sencilla en los peñascos de Malibú. No sería el último, tras él vendrían muchos otros.

2 comentarios:

  1. Segun estas fotos, parecian muy buenos

    Adios, Mereglass, ya sabes que soy un hombre de pocas palabras

    ResponderEliminar
  2. Manu, sé que eres "un hombre de pocas palabras" y que lo que no dices, lo expresas con esa sonrisa tan tuya... Gracias por ambas.

    ResponderEliminar

Si te gusta la entrada, te animo a dejar tu opinión. Responderé encantada a los comentarios cada 12 horas, a 1ª hora de la mañana y de la noche.
Hasta pronto!